Inicio En Nablus, desoldada Navidad para las mujeres palestinas

En Nablus, desoldada Navidad para las mujeres palestinas

Por Tere Mollá

En su quinto día de viaje por Palestina, la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género visitó Nablus, ciudad a sólo dos horas de Belén, donde las mujeres enfrentan pobreza, asedio, inequidad y la siempre latente violencia de una guerra que ninguna Navidad ha podido detener.

25 de diciembre: Nablus
El día comenzó lluvioso y no era ningún buen presagio para iniciar el largo viaje que nos disponíamos a recorrer.

Aproximadamente dos horas separan Belén de Nablus y, en medio, atravesaríamos varios puntos de control.

El primero lo atravesamos sin problemas y pudimos dormir un rato y recuperarnos de la Nochebuena. Nos despertó notar que el autobús se paraba. Comprobamos entonces que estábamos en el punto de control de Nablus.

Cuando ya llevábamos más de 10 minutos parados y dentro de los autobuses, una persona de la organización salió para ver qué pasaba. Mientras regresaba, observamos cómo el paso de las personas por el punto de control en un día terriblemente frío era desolador.

No pueden atravesarlo vehículos palestinos y, por tanto, los taxis se agolpan a uno y otro lado del Checkpoint para ir recogiendo a las personas que salían en un día como el de Navidad para poder visitar a sus familiares. El control para la personas es de unos 300 metros que se encuentran cerrados por alambradas llenas de púas a ambos lados del corredor. Es sencillamente humillante ver cómo van pasando las personas cargadas con sus pertenencias a las espaldas dentro de su propio territorio.

Pregunté a una persona palestina que viajaba con nosotros cómo lo hacían las personas discapacitadas o enfermas y me contestó que, en el mejor de los casos, lo hacían sobre un carro de madera con cuatro ruedas que los familiares construían para trasladar fardos. Nos pareció horroroso, pero entendimos que era la única posibilidad que tenían esas personas de salir de la ciudad fantasma en la que se ha convertido Nablus después de la segunda Intifada, como consecuencia de la ocupación de Israel.

Al cabo de unos minutos regresó la compañera de la organización que había ido en busca de noticias y las que traía no eran nada buenas. El Ejército de Israel había entrado en Nablus y había tomado posiciones estratégicas, por eso consultaban si podíamos entrar o no. La consulta duró hora y media y al final nos dejaron pasar, pero ya teníamos todo el programa retrasado.

CIUDAD FANTASMA

Mientras llegamos al lugar en donde nos esperaban las asociaciones de mujeres y las autoridades recorrimos unas cuantas calles. Nablus parecía una ciudad fantasma. No había apenas gente en las calles, había muy pocos comercios y aunque alguno de ellos estaba abierto apenas había gente en ellos, además la lluvia todavía aumentaba esa sensación de estar atravesando una ciudad completamente fantasma, pese a que se observaban restos de edificaciones que en otro tiempo debían haber sido fábricas o naves industriales.

Cuando llegamos al local en donde nos esperaban más de cinco personas, fue curioso observar cómo cada una de ellas nos estrechaba la mano, nos daba la bienvenida y nos agradecía el viaje en fechas tan señaladas. Todas excepto el representante de Hammas, que a las mujeres nos saludaba pero no nos daba la mano.

Cuando nos sentamos comenzaron las intervenciones de las autoridades. Nos contó el Gobernador y representante de la Autoridad Nacional Palestina, cómo cualquier persona, incluso las autoridades, necesitan, para salir de la ciudad, permiso especial de las autoridades de Israel.

CIUDAD ASEDIADA

Los datos económicos tampoco dejaron lugar a dudas: Antes de la segunda Intifada Nablus era uno de los principales motores de la débil e incipiente economía palestina con fábricas que creaban empleo y ahora, con la ocupación, la ciudad fabrica paro y pobreza.

Los datos son contundentes:
– El paro ha aumentado el 30 por ciento
– La producción ha caído en un 40 por ciento
– Los servicios han caído un 60 por ciento
– La pobreza ha aumentado un 45 por ciento

También recordaron que hace 9 años los tanques de Israel entraron en la ciudad y destruyeron monumentos que eran considerados patrimonio de la Humanidad. Y que son 200 mil personas las que viven asediadas en la ciudad y que las consecuencias de este asedio se notan principalmente en la población infantil, puesto que la mayoría de niñas y niños son menores de 12 años y nunca han salido de Nablus.

Esta situación de internamiento más la circunstancia de tener que escuchar cada día tiros y ráfagas de metralla, les perjudica seriamente la salud emocional y psicológica, puesto que viven asentados en la violencia.

Después llegó el turno de las asociaciones de mujeres que también aportaron nuevos datos, como por ejemplo que en Nablus y su zona de influencia existen varios cientos de asociaciones de mujeres y que se ha conseguido eliminar las leyes que impedían a las mujeres el acceso a los consejos legislativos provinciales y locales. Asimismo definieron como unos de sus principales objetivos la modificación de las leyes relativas a las mujeres.

También está entre sus prioridades la promulgación de una Ley de Igualdad Integral y que se ha conseguido ya una ley de igualdad laboral así como mejoras en la seguridad social y se pretende modificar el Código penal para que sea más respetuoso con las mujeres. Pero en estos momentos atraviesan un grave «handicap» y es la parálisis del Parlamento como consecuencia de la división entre las propias fuerzas políticas palestinas.

VIOLENCIA DE GÉNERO

En cuanto a la violencia de género, dentro de sus propias prioridades la colocaron en un quinto orden después de lo que ellas definen como tipos de violencias y que son:
1.- Empleo
2.- Social
3.- Económica
4.- Cultural
5.- De género

Nos contaron cómo la marginación que sufren las mujeres palestinas en general y las de Nablus en particular tiene demasiadas aristas, como el acceso al mundo del trabajo; la dificultad en el acceso para la educación de las niñas; la discriminación política, puesto que para las mujeres en demasiado costoso acceder a responsabilidades políticas pese a tener asignada una «cuota», etcétera.

Con respecto a la violencia de género en concreto, hicieron hincapié en que los datos existentes son irreales, debido a la presión que ejerce el entorno de la víctima para que no denuncie, que no existen estadísticas sobre la violencia sexual que se ejerce contra las mujeres, y que un problema importante también es la falta de coordinación e implicación por parte de las autoridades locales y provinciales.

LAS MUJERES PRESAS

Después nos hablaron de las mujeres presas. De cómo las condiciones de las mujeres presas son diferentes a las de los hombres presos. Y nos contaron cómo tienen dos niveles de intervención. Por una parte actúan con las mujeres que siguen en cautividad y por otro lado con las que ya han sido liberadas.

Las condiciones sanitarias son peores en las mujeres en su condición de madres, así como se ceban en negar o dificultar al máximo las visitas de familiares y amigos a las mujeres y específicamente el tema de negar la visita de los hijos e hijas es algo con lo que estas mujeres privadas de libertad tienen que convivir. Incluso hay mujeres que llevan más de tres años sin ver a sus abogadas o abogados.

Ya por la tarde, dividieron la delegación en dos grupos: Uno grande que fue a visitar el centro histórico (o lo que queda de él) y otro más reducido (unas 20 personas) fuimos a visitar el campo de refugiados de Askar el viejo.

LOS CAMPOS DE REFUGIADOS

En Nablus existen cuatro campos de refugiados con una población total de 40 mil personas viviendo en ellos.

En este campo en concreto, Askar el viejo, viven 12 mil personas en menos de un kilómetro cuadrado. Sus condiciones son pésimas y puedo asegurar, porque lo vi con mis propios ojos, que había agujeros en medio de la calzada, que la basura inundaba las calles estrechas, que las dimensiones de las casas son diminutas y que la violencia de sus niños es patente a todas horas.

En la calle había muchos niños, pero ninguna niña. Se estaban calentando en un bidón de madera en el que había leña, pero en medio de la calle. Es una imagen desoladora que describe como ninguna la situación en la que vive el conjunto del pueblo palestino.

Realizamos una visita a la casa de acogida de emergencia para las mujeres retornadas o víctimas de violencia y pudimos comprobar que no había ni grifos, ni cortinas, ni espacios con luz necesaria. La carencia era tal que no sabíamos si estábamos en un centro de emergencias o el propio centro en sí mismo era una emergencia.
Y fue en ese momento cuando las personas de la organización comenzaron a pedirnos que regresáramos rápidamente al autobús, que había problemas.

Lo hicimos ordenadamente y, ya en el bus, nos contaron que al parecer Hammas había lanzado algunas bombas contra Israel y que estábamos en territorio de esta organización y con la ciudad tomada por el ejército de los ocupantes, así que se imponía la suspensión del resto de actividades previstas durante la tarde y la salida inmediata de ese territorio que ahora se había convertido en peligroso.

Y a media tarde, pero ya de noche, salimos de la ciudad sitiada y fantasma de Nablus rumbo al centro de control que nos retuvo unos 30 minutos, pero que nos dejó pasar sin problemas a los cuatro autobuses con 168 personas a bordo que conforman la expedición el proyecto de Mujeres Artistas por la Paz.

De esta forma rápida e imprevista finalizó el viaje que realizamos el día de Navidad.
08/TM/VRI/GG

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido