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Endometriosis, epidemia “invisible” entre las mexicanas

Por Anaiz Zamora Márquez
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Muchas mexicanas podrían presentar endometriosis –crecimiento del endometrio fuera del útero y una de las principales causas de infertilidad–, y desconocerlo por falta de difusión de la enfermedad, lo costoso del diagnóstico, y debido a que los síntomas se pueden confundir con otros padecimientos.
 
Se estima, según cifras oficiales, que alrededor del 15 por ciento  de las mujeres entre 25 y 44 años de edad, es decir, una de cada cinco, padece endometriosis.
 
Especialistas y legisladoras consideran a la enfermedad como una  de las epidemias de salud en las mujeres más invisibles, ya que en México prácticamente no existen campañas de difusión al respecto y es difícil costear un tratamiento.
 
Imelda Hernández Marín, coordinadora de la Clínica de Ginecología Endocrina, Climaterio y Menopausia del Hospital Juárez de México, explicó a Cimacnoticias que la enfermedad se caracteriza por el crecimiento del “tejido endometrial” fuera del útero.
 
El endometrio es el revestimiento o capa interna del útero que se forma cada mes para la llegada de un posible embrión y que se desprende con la menstruación cuando no hay embarazo.
 
Cuando ocurre la endometriosis, ese tejido crece en otras partes del cuerpo y no en el útero, como en los ovarios e incluso se ha detectado en órganos como los intestinos.
 
A decir de Hernández Marín, hasta ahora no se ha encontrado una causa probable para el desarrollo de la enfermedad y no se han determinado factores que podrían influir en que la endometriosis se presente en ciertas mujeres, por lo que resulta complicado plantear estrategias de prevención.
 
El padecimiento se presenta comúnmente en mujeres mayores de 30 años, aunque se han diagnosticado casos en adolescentes.
 
La especialista subrayó que debido a que uno de los síntomas de la enfermedad comúnmente es dolor durante el coito y la menstruación, otras manifestaciones tienden a pasar como algo normal para algunas pacientes y en algunos casos se siente vergüenza de hablar de ellos y expresarlos, por lo que pocas veces se asocian a la endometriosis.
 
En muchos casos –abundó la médica– se diagnostica el padecimiento en mujeres que desde la adolescencia presentaron los síntomas e incluso fueron a consulta ginecológica en reiteradas ocasiones, pero o no expresaban sus malestares de manera abierta o eran calificados como parte normal de su desarrollo por el personal de salud.
 
Uno de los síntomas y a la vez consecuencia más grave de la endometriosis es la infertilidad en las mujeres. “Por esta razón es que en muchas ocasiones es posible diagnosticar la enfermedad, cuando ellas acuden al médico a indagar la razón por la cual no pueden tener hijos”, destacó.
 
Según un estudio del Servicio de Biología de la Reproducción Humana de un Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, la endometriosis tiene incidencia en el 34.5 por ciento de los diagnósticos de infertilidad en las mujeres.
 
De acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional de Perinatología (Inper), también se pueden asociar a la endometriosis la presencia de sangrados anormales entre los periodos de menstruación, cansancio diario o fatiga, e infecciones vaginales recurrentes.
 
Además de las complicaciones para identificar de manera pronta los síntomas de la enfermedad, a decir de Imelda Hernández, el diagnóstico no es un procedimiento sencillo, pues no es posible conocer si el endometrio está creciendo en partes distintas del útero a menos que se realice una laparotomía exploratoria, es decir, una cirugía que requiere de anestesia general.
 
Esto llega a ser costoso y en muchos casos inaccesible para muchas mujeres que carecen de seguridad social o no cuentan con los recursos económicos suficientes para procurar su atención médica.
 
Explicó que el tratamiento depende de la edad de las mujeres que la desarrollen, pues aunque puede consistir en medicamentos para controlar el dolor y la administración de hormonas para tratar de regular el desarrollo del endometrio, de acuerdo con la gravedad del padecimiento el tratamiento puede llegar a ser la cirugía.
 
“En mujeres jóvenes procuramos hacer un tratamiento quirúrgico conservador, es decir, preservar la integridad del aparato reproductor”, y sólo eliminar los nódulos que causan el crecimiento del endometrio de manera anormal.
 
Pero en muchos casos se realiza un tratamiento quirúrgico radical que consiste en retirar los ovarios o el útero o todo el aparato reproductor femenino, lo que elimina toda posibilidad de que las mujeres ejerzan la maternidad cuando así lo deseen.
 
La también experta en ginecología endocrina urgió a difundir entre las mexicanas la información precisa sobre la enfermedad, pues no diagnosticarla a la brevedad puede mermar considerablemente su calidad de vida.
 
En tanto, entre las pocas iniciativas legislativas en la materia, en días recientes la diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Dione Anguiano, presentó un exhorto para que el Instituto de las Mujeres del DF y la Secretaría de Salud local realicen una fuerte campaña de difusión y orientación sobre la enfermedad.
 
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