Familiares de 10 habitantes del municipio oaxaqueño de San Pedro Pochutla que desaparecieron hace un año en Tamaulipas, levantaron la huelga de hambre que mantenían desde la semana pasada frente al Palacio de Gobierno del estado, luego de que las autoridades les ofrecieron apoyo para acelerar las investigaciones sobre su paradero.
Sin embargo, una de las ayunantes advirtió que se mantendrá el plantón de manera indefinida en el Zócalo de esta capital hasta que sus seres queridos aparezcan sanos y salvos.
María Vizarratea Salinas, hermana de Andrés, Luis y Juan Carlos, tres de los desaparecidos en Tamaulipas, dijo estar dispuesta a seguir en plantón por tiempo indefinido hasta lograr que los gobiernos federal y estatal aceleren las investigaciones sobre el paradero de las personas desaparecidas desde el 14 de julio de 2010 durante su estancia en Tamaulipas, donde fueron a comprar dos camionetas usadas.
«Sí, tienen que regresar sanos y salvos. A nadie le deseamos algo así, ni al peor enemigo si lo tuviéramos, es desesperante lo que estamos viviendo», afirmó.
Las mujeres insistieron en que quieren estar seguras de que ninguno de sus familiares está entre los cuerpos localizados en distintas fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, por lo que –adelantaron– regresarán a la capital del país para obtener información en la Procuraduría General de la República (PGR).
En entrevista telefónica, la secretaria general de Gobierno del estado de Oaxaca, Irma Piñeiro, dijo que esta semana una comisión de mujeres, familiares de los desaparecidos, se entreviste por segunda ocasión con funcionarios de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), dependiente de la PGR.
Detalló que el gobierno del estado ofreció becas escolares para las y los hijos menores de edad de los desaparecidos, y proyectos productivos para las familias a través del servicio estatal de empleo.
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