Desde el punto de vista ético y social, sería una irresponsabilidad humana no resolver el problema del cambio climático, porque la población mundial tiene la oportunidad de mejorar la calidad del aire y atacar significativamente los riesgos que puede ocasionar en el planeta.
Se han realizado estudios económicos que indican que tan sólo con el uno o dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global, sería posible aplicar medidas que contrarresten los daños, aseguró el Premio Nobel de Química, Mario Molina.
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el investigador manifestó que la sociedad cuenta con alternativas para contrarrestar los efectos del cambio climático.
Estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) la población mexicana es de 107 millones 550 mil 697 personas; de ellas 54 millones 696 mil 909 son mujeres y 52 millones 853 mil 788 son hombres.
Respecto a los efectos negativos del cambio climático el Manual de Capacitación en Género y Cambio Climático elaborado por diversas organizaciones, entre las que destacan el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), señala que estos son más intensos en las comunidades con mayor pobreza, donde la mayor parte de la carga social recae en las mujeres; por ello, la equidad de género y la justicia deben ser parte de los principios para combatir este fenómeno.
De acuerdo con el PNUND, las desigualdades de género disminuyen la capacidad de las mujeres para hacerle frente a este fenómeno, a pesar de que ellas son gestoras importantes de cambio y poseedoras de conocimiento y destrezas relacionadas con la mitigación, la adaptación y la reducción de riesgos ante los desastres naturales, lo cual las convierte en actoras cruciales en esta área.
Al respecto el Premio Nobel de Química, señaló como ejemplo de los campos de acción de la población, la reducción del bióxido de carbono, o el cambio en la forma en que se utiliza la energía.
Aclaró que al imponerle un costo a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) su uso sería eficiente en el sector transporte, industrial o de vivienda.
De no realizar acciones que contrarresten la situación, dijo, existe alrededor de un 20 ó 30 por ciento de riesgos para consecuencias desastrosas como inundaciones, modificación en la circulación de los océanos, derretimiento de los glaciares o presencia de sequías.
Sin embargo, se debe considerar que si continúa el aumento de la temperatura promedio mundial, los riesgos aumentarían exponencialmente
Esta situación representa un riesgo exponencial para la humanidad y «sería irresponsable tomarlo, porque sólo tenemos este planeta para vivir», subrayó.
De acuerdo con el científico, es necesario aplicar medidas de forma simultánea para obtener un verdadero arreglo; se podrían utilizar energías alternas y combustibles fósiles
Estimó que la inversión resultaría costosa si las emisiones se reducen a corto plazo; por esta razón, se necesitaría tiempo para el cambio a energías limpias.
En conclusión, tenemos la oportunidad de mejorar la calidad del aire y atacar de forma significativa el cambio climático, con lo que se ganarían varias décadas de transición para el uso de nuevas energías, concluyó el académico.
10/AGM/LR/GTR