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Finalmente, Ganeshpuri

Por Juana Eugenia Olvera*

Regresamos a Delhi. Todavía quedaban algunos devotos rezagados, como nosotras, que volverían en unos días más. Todavía tuvimos tiempo de darle una vuelta a Nueva Delhi, ya que Ada no la había visto y como según ella yo había tenido tiempo de conocerla, qué mejor que yo le sirviese de guía.

Nueva Delhi fue construida como capital del imperio británico en la India. Es una ciudad abierta, de calles espaciosas, donde encontramos los edificios gubernamentales y las oficinas de las compañías aéreas. Al sur de Nueva Delhi han ido creciendo los barrios suburbanos.

En lo referente a Old Delhi o la vieja Delhi, según la tradición, la ciudad guarda en su seno crónicas de las civilizaciones que florecieron durante más de tres mil años.

Según las leyendas, Indraprastha (así se llamaba antiguamente Delhi), la ciudad fundada por los Pandavas durante los tiempos del épico Mahabharata (siglo XVI A.C.) se encontraba cerca del Fuerte Rojo que está ubicado sobre un terraplén que daba al río Yamuna.

Como esta ciudad fue la capital de la India musulmana entre los siglos XVII y XIX, es donde encontramos las mezquitas, monumentos y fortalezas entre calles laberínticas, caóticas y encantadoras, que nos remontan al pasado.

Nos encantó ver un hospital exclusivamente para animales en una de esas antiguas casonas coloniales, y que se mantiene de donaciones de los devotos del gurú que creó el hospital.

A unos 400 metros al suroeste de Connaught Place están los jardines de Jantar Mantar, los cuales albergan una curiosa colección de estructuras enormes que formaban parte de un observatorio astronómico construido por el Maharajá Jai Singh II a principios del siglo XVIII. Entre estas estructuras hay un reloj de sol de proporciones gigantescas.

Aquí como en Agra también se encuentra un fuerte llamado el Fuerte Rojo. Es una estructura de forma octagonal irregular, rodeado de una pared de casi dos kilómetros y medio de circunferencia construida de piedra arenisca roja. Shah Jahan, el emperador mogol, cambió la capital de Agra a Delhi e inició la construcción del fuerte que fue terminada en 1648.

El fuerte tiene dos entradas principales, la puerta de Delhi y la puerta de Lahore que está frente al famoso mercado que se llama Chandni Chowk. Tiene dos salones ?el Diwan-e-am y el Diwan-e-Khas? donde el rey atendía al público y a gente importante, respectivamente.

QUTAB MINAR

En la parte sur de Delhi se encuentra esta estructura maravillosa que fue construida por el rey musulmán Qutub-ud-din Aibak en el año 1199 D.C. y que luego otro rey terminó.

La torre tiene 72 y medio metros de altura y una mezquita como base. Frente a las estructuras majestuosas hay una columna de hierro que supuestamente fue construida en el siglo V y no se ha corroído hasta la fecha. Cerca del Fuerte Rojo también se encuentra la gran mezquita o Jama Masjid.

Existe una pequeña plaza con un obelisco también pequeño en la zona llamada Picadilly Circus, que en la época en que estuve allá se encontraba una serie de librerías donde me encantaba meterme a curiosear y se antojaba para sentarse en las bancas que ahí estaban.

En realidad parecía que conocía los mejores lugares, me gustaba caminar sus calles, amplias, arboladas y tranquilas. En la zona residencial se veían salir a las familias con las institutrices inglesas, con sus uniformes al estilo británico y en grandes autos Mercedes Benz.

Me imagino que ahora deberán traer autos BMW. Me sentía muy a gusto, como si yo fuera parte de la burguesía india.

Nos hemos de haber llevado como unos dos días en nuestro tour por Delhi y de pronto volábamos con destino a Bombay y de ahí a nuestro pequeño pueblito de Ganeshpuri, donde se encuentra el Ashram, que al haber desaparecido todos los visitantes decembrinos lucía desierto, pero lleno de armonía y tranquilidad. Sólo escuchábamos los cantos de los pájaros y el vuelo de los abejorros.

Marzo se había ido estrepitosamente rápido y el calor empezaba a llenar los espacios. Había colocado la cama en la que dormía frente a una ventana que permanecía todo el tiempo abierta y abajo precisamente de un ventilador de techo.

En ocasiones cuando me iba a dormir me despertaba sudando. Dentro de la sala donde me encontraba ahora, habíamos quedado cuando mucho unas 10 mujeres y las sevas eran más relajadas.

* Narradora oral, astróloga y terapeuta.

11/JEO/RMB/LGL

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