De cara a las elecciones, la participación de las mujeres «es casi nula y fragmentada». Por esta razón, la doctora Griselda Gutiérrez y la licenciada Orfe Castillo propusieron «insistir en dar a conocer las necesidades de género, no rendirse a pesar de que la batalla será ardua y larga» en la primera emisión de este año de Público y Privado, espacio radiofónico de Comunicación e Información de la Mujer AC. (CIMAC).
Las expertas señalaron que, aun cuando algunas mujeres han logrado colarse en la política, todavía se carece de un discurso significativo en que los temas de género sean el eje central. Hoy, en las propuestas de campaña de los candidatos no existe el tema de la condición social de las mujeres.
Esto significa que el tema no les importa, a pesar de que en años anteriores se escapaban algunas menciones al respecto por «temor» a que las ONG de mujeres hablaran. «Hoy, las organizaciones hemos perdido un poder de incidencia que tiene que ver con la transición y con la emergencia de nuevos actores civiles», afirmo Orfe Castillo al discutir qué tanto la condición social de las mujeres está en las plataformas electorales a unos meses de que ocurra el cambio de estafeta federal.
«El listado de mujeres dentro de la política es significativo. Lo que se puede apreciar es una militancia en soledad, abandonada tanto por sus partidos como por la comunidad feminista», afirmó Griselda Gutiérrez.
«Hoy existe una fragmentación muy significativa respecto a las líneas de acción de lo que es el movimiento feminista, se aprecia una militancia en soledad. No hay un discurso en el que se reivindique, se reconozca, se aprecie el alto perfil y aceptación que tiene la mujer dentro de la política.
«Las mujeres no cuentan con apoyo; lo que predomina es su presencia a través de los escándalos. En definitiva, no están presentes en los medios de comunicación por sus propuestas o su trayectoria, lo que las hace estar en el ojo del huracán».
Esto, «a diferencia de los hombres, que a pesar de tener mucha tela de donde cortar, el solo hecho de ser varones los elimina del escarnio político». Esto es preocupante, porque parece «que la incursión en la política, de las mujeres, no es legítima: se pone en duda su trayectoria personal y moral, e incluso sus intenciones políticas».
«Estoy desilusionada: los marcos normativos sobre los que se había venido avanzando no están representando mejoras significativas en el acceso a las contiendas políticas de las mujeres y no hay una voluntad de las instituciones para que la participación de ellas aumente, lo que finalmente es la base de estas leyes», declaró Orfe Castillo, y agregó: «Durante los meses posteriores nos daremos cuenta de las quejas de las mujeres al interior de los partidos, nuevamente anunciando la inequidad en la contienda».
Respecto a la participación del movimiento feminista en este proceso, la directora de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad dijo: «están, pero hay quienes creen que no hay una ‘ganancia’ suficientemente valida para entrar a estos procesos institucionales, lo que recae en una fragmentación que no ayuda a una unión fuerte de la mujer en estos comicios».
Por su parte, la analista Griselda Gutiérrez añadió que «la incursión en la política para las mujeres implica una perseverancia y una terquedad tal que en ocasiones es necesario dejar ahí la vida antes de lograr algo…». Y continuó: «Es muy importante intentar, en los pocos meses que quedan, revertir esta situación, haciendo una labor por parte de las candidatas al interior de sus partidos, sin descuidar el nexo con el propio movimiento feminista».
E insistió: «Hay que reformar desde el poder para retomar el tema de género en la política. Más que hacer un balance, hay que realizar un programa de acción para revertir toda esa cantidad de omisiones que hoy por hoy existen para darles presencia a las mujeres dentro de este proceso político».
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