Louise Arbour, ex alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmó que la protección militar es una respuesta común que debe ser utilizada como último recurso.
Dijo lo anterior al presentar su exposición Integración de la Seguridad, Desarrollo y Derechos Humanos durante la Conferencia «Construyendo la paz en un mundo inseguro», que llevó a cabo el Instituto por la Paz y la Justicia (IPJ) Joan B. Kroc, en la Universidad de San Diego.
La especialista en derechos humanos apuntó: «El ejército también puede ser una herramienta de prevención frente a la amenaza del genocidio, en tanto la rendición de cuentas requiere a la brevedad posible la investigación de los crímenes de guerra, porque cuando la justicia demora es justicia denegada».
Al presentar su conferencia, Arbour afirmó que cada Estado tiene la responsabilidad de proteger a sus poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad, así como la comunidad internacional, a través de la ONU, también debe proteger a la población civil.
Durante su participación en la Conferencia Construyendo la paz en un mundo inseguro, que llevó a cabo el Instituto por la Paz y la Justicia (IPJ) Joan B. Kroc, de la Universidad de San Diego, California, Arbour sostuvo tajante que el Consejo de Derechos Humanos debe ir más allá del simbolismo, su papel político y verdaderamente universal lo debe llevar a dar respuestas.
«El Comité de Derechos Humanos, dijo, tiene el potencial de ser una institución que sirva a la prevención y la función de alerta temprana para la seguridad humana».
Por su parte, Louise Arbour expuso que la secuencia triple –prevención, acción y reconstrucción— es a menudo ideológica más que una realidad, porque no existe un desarrollo cronológico de las respuestas.
La ex funcionaria de Naciones Unidas concluyó al señalar que se refuerzan la paz y la seguridad con mecanismos jurídicos que apoyan la doctrina de la responsabilidad.
En una breve conversación con Cimanoticias, Arbour apuntó que desde que Estados Unidos inició la guerra contra el terrorismo, se dejó de poner atención en el crecimiento de la criminalidad en países como México y Guatemala, que libran una batalla contra el crimen organizado y el narcotráfico.
Aseguró que la Conferencia debe rendir frutos y al menos una especie de colaboración y solidaridad entre las organizaciones que asistieron, para buscar de manera conjunta una solución a los problemas que implican la falta de seguridad y que amenazan la paz.
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