Guatemala es considerado el país más peligroso de Latinoamérica para la niñez y la juventud, luego que un estudio realizado por Casa Alianza diera como resultado que 272 niños, niñas y jóvenes menores de 23 años, han sido asesinados en diez meses sólo en la ciudad capital, afirmó Héctor Dionisio, coordinador del programa legal de esa institución.
El estudio reveló que 155 de las víctimas eran jóvenes entre los 19 y 22 años, 81 oscilaban dentro de los 16 y 18, y 35 de los fallecidos eran menores de 15 años, donde resalta la muerte de un infante de 1 año de edad por arma de fuego, reporta la agencia Cerigua.
Los datos fueron recolectados de la morgue del organismo judicial, como parte de un análisis sobre la cantidad y las causas de muerte de la niñez y juventud en Guatemala y en otros países Centroamericanos, donde trabaja esa institución, mencionó el representante de Casa Alianza.
Además, señaló que en comparación con Honduras que tiene una población de casi seis millones de personas, hay un promedio de 40 asesinatos de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años por mes, lo que sería aproximadamente la misma cantidad de los que se registran ‘solo’ en la capital de Guatemala.
Asimismo, indicó que más del 94 por ciento de las muertes fueron causadas por armas de fuego, el 4.6 por ciento por arma blanca, 0.74 por ciento decapitados, 0.37 por ciento por asfixia y 0.37 por ciento no se tiene la causa; de las 272 víctimas, 19 fueron niñas y adolescentes mujeres y 253 niños y jóvenes hombres.
Por tal razón, la oficina de Apoyo Legal de Casa Alianza Guatemala, financiado por Dan Church Aid y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), verificarán si existen procesos legales abiertos en contra de los asesinos de la niñez y juventud guatemalteca, y luego tratarán de definir quiénes son los perpetradores de la violencia.
Por último, Bruce Harris, director regional de Casa Alianza, comentó que en este momento se viven las consecuencias de haber tenido más de tres décadas de guerra, pero que les preocupa la posibilidad que jóvenes, especialmente miembros de las denominadas maras, estén siendo asesinados por parte de grupos clandestinos o individuos quienes toman su su versión de «justicia» por propia mano.
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