Los cambios que la mujer protagonizó el siglo pasado fueron el punto de partida para que una revolución se adentrara en los espacios visibles y no tan visibles, como las interioridades de los seres humanos.
Pero esa revolución no ha llegado a todos los rincones del planeta, y donde ha tocado los cimientos se adentra para algunos y algunas como una contradicción interna entre lo retrogrado y lo necesario. Para una minoría se presenta como la construcción de una sociedad soñada desde la utopía.
En gran parte, el trabajo de los periodistas en diferentes lugares del mundo es hacer visible esos cambios y sus limitaciones, es dar a conocer el pensamiento y la actuación de la sociedad, de los gobiernos y de las instituciones con sus distintos colectivos.
La Red Europea de Mujeres Periodistas se propone tejer, junto con otras redes y asociaciones homónimas, un trabajo internacional para actuar con mayor eficacia en el intercambio de experiencias profesionales para mostrar al mundo, informativamente, lo que acontece a las mujeres en cualquier lugar, incluyendo aquellos que parecen inexistentes.
Trabajar por el derecho a informar sobre un sector de la población relegado por siglos y olvidado hoy en decenas de países, tendrá mayor eficacia si estamos conectadas en una red internacional de mujeres periodistas.
Es una tarea difícil pero posible, es un esfuerzo que contribuye a la difusión del quehacer en el día a día por los derechos de la mujer, el respeto de los Derechos Humanos, la consolidación de la sociedad civil y por ende, en afianzar los valores democráticos y el Estado de derecho.
La iniciativa para la creación de la Red Europea de Mujeres Periodistas surgió el 31 de enero pasado durante un encuentro en Madrid. Como escalones para su consolidación, proponen un encuentro de periodistas europeas; su participación en mayo en el Foro de Barcelona 2004, en Etnosur, y una reunión mundial a finales de 2005 en Ciudad Juárez.
Cada una de estas actividades representa un reto. Llegar hasta el encuentro de México será un camino sinuoso si se tiene en cuenta las dificultades económicas que se interponen en estos proyectos.
Queda en manos, no sólo de la Red Europea de Mujeres Periodistas, sino de las diferentes redes que quieran apostar por una estrella que nos va a servir a todas para acercarnos desde cualquier lejanía, para conocer nuestros trabajos, para contar al mundo que pasa en cada rincón donde nos hallemos, para conocernos y, como seres amantes de la libertad, aportar en la efímera libertad de expresión.
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