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Hay menos oportunidades para las mujeres que trabajan

Por María de la Luz González

La falta de acceso a las mismas oportunidades de empleo que los hombres es el principal factor de la diferencia salarial entre mujeres y varones, afirmó Mercedes Pedrero Nieto, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Consultada sobre la propuesta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), de incrementar en por lo menos 12.6 por ciento el salario de las mujeres en 10 grupos de ocupación en los que existe inequidad salarial, la especialista consideró que esa medida debe acompañarse de otras que garanticen a las mujeres el acceso a puestos de trabajo bien remunerados en igualdad de condiciones respecto de los hombres.

«Más que diferencia salarial por sexo, lo que sí es muy evidente, incluso en el sector público, es la falta de oportunidades de acceso a puestos de mayor jerarquía y, por tanto, mejor remunerados, para las mujeres», sostuvo Pedrero Nieto.

Como un ejemplo, destacó el caso de dos grupos de ocupación citados en el análisis del Inmujeres, el de técnicos y trabajo especializado, donde el ingreso medio de las mujeres es igual al de los hombres, y el de trabajadores domésticos, donde la diferencia salarial es de 1.3 por ciento a favor de los varones.

La explicación sobre la igualdad de ingresos en el primer caso, y la diferencia mínima en el segundo, consideró, es que en esos grupos de ocupación se ubican actividades desarrolladas tradicionalmente por mujeres, pues el grupo de técnicos y personal especializado incluye docentes, laboratoristas y enfermeros, mientras en el segundo caso el trabajo doméstico sigue siendo un espacio básicamente femenino.

En el grupo correspondiente a artesanos y obreros, donde el ingreso de las mujeres es 36.2 por ciento menor al de los hombres, la especialista precisó que la diferencia se explica porque los obreros varones están empleados en sectores de la industria pesada, como la explotación petrolera y metalmecánica, sectores a los que las mujeres prácticamente no tienen acceso a los mismos puestos.

El análisis de Pedrero coincide con las conclusiones del Inmujeres sobre el grupo ocupacional que registra la mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres, el de supervisores industriales, donde la brecha salarial es de 56.9 por ciento a favor de los varones, situación que el organismo explica por el hecho de que ésta es una ocupación típicamente masculina.

Al dar a conocer el comparativo de salarios entre hombres y mujeres, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Inmujeres anunció el inicio de una campaña en contra de la desigualdad salarial que tiene como objetivo informar a las mujeres sobre sus derechos laborales para que los hagan valer y denuncien cualquier abuso ante el organismo o la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Al respecto, Mercedes Pedrero consideró que las acciones para abatir la desigualdad salarial también deben impulsarse en la administración pública, donde persiste la misma falta de acceso a puestos de jerarquía para las mujeres.

De acuerdo con cifras del INEGI, las mujeres representan 35 por ciento de la población ocupada y tienen en promedio un mayor nivel de escolaridad que el de los hombres 8.5 años contra 8.1.

Además, por cada mil personas del sexo masculino que laboran en alguna actividad productiva, 111 son profesionales, técnicos y administrativos superiores; en las mujeres esta cifra es mayor, hay 159 por cada mil

Estas ventajas no les aseguran a las mujeres una mayor percepción, pues de acuerdo con el análisis del Inmujeres, ellas reciben en promedio 15 pesos por hora trabajada, frente a 16 pesos que perciben los varones.

La desigualdad se reproduce en la posición que ocupan en el trabajo, pues sólo 2 por ciento de las mujeres que trabajan son patrones, contra 5 por ciento de los hombres. El porcentaje de la población femenina que realiza alguna actividad productiva y no percibe ingresos es de 12 por ciento, contra 6 por ciento de varones.

Además, las mujeres no sólo perciben menores ingresos, sino que tienen menos oportunidades de empleo, como lo demuestra la Tasa de Desempleo Abierto publicada por el INEGI, la cual se ubica en 3.72 por ciento, 3.31 por ciento y 3.34 por ciento para los varones durante los primeros tres meses del año, mientras que para la población femenina ese indicador fue de 4.57 por ciento, 4.68 por ciento y 4.50 por ciento para el mismo periodo.

MLG/GM

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