América Latina perdió su liderazgo y sus posibilidades de efectividad en la prevención de VIH/Sida porque permitió que le ganara el «moralismo» y dejó a un lado el impacto en el desarrollo social, afirmó aquí Arlett Pinel, responsable de la división de salud reproductiva del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
En el segundo día de trabajos de la XVI Conferencia Internacional sobre VIH/Sida, la especialista con trabajo en el tema desde 1982, aseguró que después de 25 años de la pandemia lo más lamentable es que las lecciones aprendidas, los conocimientos adquiridos no se están aprovechando y se siguen las mismas estrategias.
En esta región del mundo donde hay un millón 600 mil personas que viven con VIH, casi la mitad mujeres, no solo se perdió el liderazgo internacional sobre prevención de VIH, se perdió la posibilidad de ver a la enfermedad como un problema de desarrollo social y se doblegó al enfoque moralista de la pandemia.
Arlett Pinel aseguró que América Latina tiene dos años para lograr rescatar su liderazgo y aprovechar que el próximo Congreso Internacional que se realizará en México, permita que nuevamente los recursos económicos regresen a la región y se enriquezca de las estrategias desarrolladas en otras partes del mundo.
Reenfocar como prioridad el tema del VIH/Sida. Desde una visión global, y desarrollar programas con enfoque de género son prioridades si realmente se quiere detener el avance de la epidemia, en este continente donde tan solo el año pasado se registraron 140 mil nuevas infecciones, añadió.
El impacto que tiene en la población el haber permitido que ganara el moralismo es que en los últimos 10 años la tasa de fecundidad entre la población adulta ha disminuido, pero no así la de la población joven en donde por el contrario registra una tasa de crecimiento aún mayor que en África.
OTRO FOCO ROJO LA JUVENTUD
Por su parte la responsable del programa para jóvenes del UNFPA Laura Laski señaló que uno de los grandes problemas actuales es el crecimiento de la pandemia entre la población joven en donde se concentra la mitad de las nuevas infecciones.
Son jóvenes de entre 15 y 24 años de edad quienes desarrollan prácticas sexuales con otros hombres o bisexuales. El otro enorme problema es la exaltación del cuerpo femenino como objeto sexual.
Ante la falta de oportunidades, los mensajes que exacerban la cosificación del cuerpo femenino, ha provocado que las jóvenes inicien su vida sexual cada vez más temprano y con menos información. Hay casos en Latinoamérica que las niñas inicien su vida sexual a los 12 años.
En tanto, las jóvenes no cuentan con elementos para valorarse de otra manera, entonces el cuerpo se ha convertido en una moneda de cambio para poder salir adelante, por ello casarse con un hombre mayor le significa posibilidades de estabilidad y salir de la pobreza.
Sin embargo, dijo Laski, esta es una falsa salida porque ese hombre mayo ha tenido más parejas sexuales y por lo tanto las jóvenes se ponen en un mayor riesgo de contraer Sida.
La especialista, explicó que uno de los enormes problemas de la región de América latina es que no ha logrado disminuir la pobreza, situación que se agrava con la violencia que viven las mujeres.
06/LL/LR