Las mujeres oaxaqueñas tienen una ínfima representación en cargos públicos en la entidad: sólo dos secretarias en un gabinete de 15 integrantes; nueve funcionarias de los 32 cargos que componen el gabinete ampliado, y 11 mujeres de un total de 69 puestos de segundo nivel.
Evi Rosalba Hernández, fundadora de la organización Ixmucane (Madre Tierra), señaló lo anterior y aseguró que el gobierno estatal encabezado por Gabino Cué demuestra falta de voluntad política para incorporar a más mujeres a puestos de mando, a pesar de que durante su campaña por la gubernatura se comprometió a impulsar la participación política de las oaxaqueñas.
Al participar en el curso-taller «Fortalecimiento de mujeres líderes indígenas y con cargos comunitarios», la activista precisó que la representación femenina en el gabinete de Gabino Cué es de sólo 13 por ciento.
En el gabinete ampliado la presencia de mujeres es de 28 por ciento, y de 15 por ciento en cargos de segundo nivel como subsecretarías, direcciones y procuradurías.
Es decir, en ningún área del Ejecutivo estatal de Oaxaca las mujeres alcanzan al menos 30 por ciento en los puestos de mando, cuota de género consideraba como la mínima en la mayoría de las legislaciones electorales en el país.
PRESENCIA INDÍGENA
Evi Rosalba Hernández expuso que Ixmucane es una organización que desde 2008 busca incidir en el sistema de justicia y las políticas públicas del estado para que las mujeres accedan a mejores condiciones de vida.
«Su principal objetivo es el empoderamiento de las mujeres indígenas dentro de sus comunidades desde su cultura y cosmovisión, subrayó.
Al término de tres días de trabajo, unas 30 talleristas con cargos municipales y comunitarios exigieron a los diferentes niveles de gobierno que brinden «un trato digno e información a quienes accedemos a los diferentes cargos comunitarios, para tener las herramientas en el ejercicio de esta función».
En un pronunciamiento, las indígenas procedentes de más de 20 comunidades del estado señalaron: «Es tiempo de que propiciemos la equidad, donde hombres y mujeres debemos estar unidos para hacer frente a los diversos embates e ideas externas que debilitan nuestra cultura y modo de vida; conscientes de la importancia de seguir dialogando, reflexionando y proponiendo acciones a favor del fortalecimiento de nuestros derechos individuales y colectivos.
Además suscribieron: «Nos reconocemos como mujeres indígenas que en el ejercicio de los cargos comunitarios que desempeñamos, contribuimos a incentivar la participación de otras mujeres, favoreciendo así a la democracia en nuestros pueblos. Nuestras aportaciones a la comunidad no las determinan la edad ni el nivel académico que tenemos, sino nuestro deseo de procurar el bienestar para nuestros pueblos.
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