Del discurso del candidato de la «honestidad valiente» quedaron sólo las palabras, por lo menos en lo que a las mujeres se refiere, pues cuando se comparan los resultados de su gestión con las referencias de bienestar internacional, las cifras desmerecen.
Si algo se tiene que reconocer a Andrés Manuel López Obrador es que durante sus cuatro años ocho meses de gestión mantuvo la congruencia de sus 40 compromisos de campaña con relación a las políticas públicas con equidad de género, pues al minimizarlas las invisibilizó. Tal es el caso del aborto, tema que evadió en todo momento por considerar que «es un asunto de la ciudadanía».
Lejos quedó el discurso del candidato «de la honestidad valiente». Sus informes dieron cuenta puntual de su desinterés hacia las mujeres, niñas y niños. Un caso aparte, es el relacionado a las mujeres de la tercera edad, beneficiaras de las pensiones mensuales de 709 pesos, más por ser mayoría que por una política específica de género.
LOS PENDIENTES
Por renglones, la muerte materna ubicó al DF entre las primeras 10 entidades con las más altas tasas, como Guerrero, Chiapas y Tlaxcala. Los servicios materno-infantil fueron insuficientes para evitar que continúen los decesos de mujeres, pues para los años 2000 y 2001, las defunciones sumaron 96 y 100, respectivamente, cifra que se duplicó entre 2002 y 2003, al pasar de 80 a 163 casos.
A los 449 decesos de 2000 a 2003, en su mayoría evitables, se sumó la deficiencia de medicinas y materiales de curación en los hospitales capitalinos, que afectaron principalmente a la población femenina.
«Los resultados demuestran que las acciones ejecutadas por el GDF no fueron del todo exitosas, porque ni la infraestructura hospitalaria y médica superior a estados como Chiapas y Guerrero donde se registran los mayores niveles de muerte materna, evitó que en el DF las mujeres mueran por causas asociadas a la muerte materna, parto y puerperio», dijo Pilar Muriedas Juárez, directora de Salud Integral para la Mujer (SIPAM).
La ley de cuotas fue otro de los temas que sufrió un serio revés durante la administración de López Obrador. Al negar su publicación en la gaceta oficial (5 de octubre de 2002), las modificaciones al Código Electoral del DF quedaron sin efecto para 2003. Con ello la participación de las mujeres como propietarias en un mínimo de 30 por ciento de las candidaturas a diputaciones locales y jefaturas delegacionales, entrarán en vigor hasta el 2006.
En julio de 2002, la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ALDF) aprobó el Nuevo Código Penal para la Ciudad de México que incluía las correcciones que López Obrador hizo a 15 artículos; misma que rechazó 12 referentes más a hostigamiento sexual, corrupción de menores, pornografía infantil, lenocinio y delitos contra la dignidad de las personas.
El conflicto laboral con las trabajadoras del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (Inmujeres-DF), fue otra de las «piedras en el camino» en la «Ciudad de la Esperanza». La decisión de éstas de conformar un sindicato se encontró con la resolución de la autoridad laboral que impidió el inicio de una huelga por consigna de López Obrador, según denunció su representante legal Eduardo Díaz.
El veto a la Ley de Sociedades de Convivencia es otro de los saldos negativos en la gestión de López Obrador, quien «congeló» la iniciativa pese a ser una propuesta del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y uno de los compromisos de campaña de ese instituto político en la capital.
Antonio Medina, coordinador de la agencia de noticias NotieSe, especializada en temas de salud, sexualidad y Sida, dijo que el veto constituye un acto retardatario, y refleja tanto la homofobia del tabasqueño como su disposición a complacer a los grupos de ultraderecha y a la Iglesia católica, en detrimento de los derechos de una minoría.
COMPROMISOS HUECOS
En su toma de posesión, el 5 de diciembre del 2000, López Obrador afirmó que su gobierno daría continuidad a los programas orientados a proporcionar asistencia social a las niñas y niños de la calle, adultos abandonados, mujeres maltratadas, las y los jóvenes con problemas de adicción y a todas aquellas personas que sufren por falta de ayuda familiar.
Sin embargo, los informes del perredista estuvieron marcados sistemáticamente por la ausencia de políticas públicas con enfoque de género. Un ejemplo fueron los escasos siete renglones que dedicó a las mujeres en el segundo de sus informes, donde se pronunció por un «Estado igualitario y fraterno que postula el fortalecimiento de la economía popular; la pensión universal ciudadana; el apoyo a los jóvenes, las madres solteras y personas con alguna discapacidad».
Basta decir que el programa para las madres solteras se dirige básicamente a sus hijas e hijos, en tanto que el Inmujeres del DF, organismo encargado de apoyar a las 4.5 millones de capitalinas, recibió seis millones menos al monto propuesto original de 74 millones 735 mil 789 pesos.
Si nos atenemos a los indicadores de bienestar internacional existentes, que entre otras cosas miden la incidencia de muerte materna, salud y educación, la gestión que recién concluyó es una cuyos avances respecto a las políticas orientadas hacia las mujeres pueden considerarse «un éxito sólo en el discurso», opinan Organizaciones No Gubernamentales (ONG), diputados locales e investigadores de instituciones como El Colegio de México (Colmex).
En resumen, las «cifras negras» de la administración del futuro candidato a la presidencia de la República por el PRD, dejaron ver una falta de voluntad para consolidar políticas a favor de la equidad de género, porque quedaron fuera del presupuesto y del proyecto de su administración, que dio prioridad a programas «focalizados» que desde el principio se ligaron administrativa y políticamente a sus aspiraciones presidenciables.
VIOLENCIA SEXUAL
En cuanto a los índices de violencia sexual, la Asociación para el Desarrollo Integral de las Personas Violadas (Adivac), reveló que se dispararon de 1993, cuando se registraron 33 casos, a cuatro mil 600 en 2004; las mujeres, niñas y niños son las principales víctimas.
Su titular Laura Martínez expuso que el aumento de los niveles de violencia sexual es resultado de una falta de programas concretos y de coordinación entre la Fiscalía de Delitos Sexuales y la Dirección General de Atención a Víctimas de Delitos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGDJDF) y las ONG.
Al respecto, la diputada local del PRD Guadalupe Ocampo informó que en el primer semestre del año se cometieron alrededor de mil 463 delitos sexuales, es decir ocho diarios. Del total de ilícitos, el 38 por ciento (559 abusos sexuales) corresponden al rango de violación, lo que significa que al día son ultrajadas tres mujeres.
EDUCACION
El que el gobierno capitalino haya tomado la iniciativa de aumentar su participación en el sostenimiento, la organización y la administración de la educación pública de la ciudad de México -aunque por ahora limitada prácticamente a la educación media superior y superior-, no arrojó mayores beneficios para las mujeres, opinó el profesor investigador de El Colegio de México (Colmex), Alberto Arnaut.
Tan sólo en el Distrito Federal, del millón 236 mil 55 estudiantes mayores de 15 años, 683 mil 697 son varones y 552 mil 358 son mujeres con niveles de instrucción superior, en tanto que en preparatoria y nivel básico las cifra arrojan que 596 mil 598 y 490 mil 548, respectivamente. Entre la población de más de 18 años con maestría y doctorado, 55 mil 275 son hombres y 36 mil 99 mujeres, según el estudio Las mujeres en el Distrito Federal, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
