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La huelga de Parras que quieren acabar

Por Manuel Fuentes Muñiz*

Una extraña sensación tengo al encontrar, en pleno centro de la ciudad, la huelga que paraliza las actividades de la empresa La Estrella fundada el 12 de septiembre de 1899.

Las puertas de ese centro fabril están clausuradas con banderas rojinegras por las que antes, hace más de un año, entraban y salían cerca de 400 trabajadores fabricantes de tela de mezclilla.

Fue la negativa de los obreros textileros de aceptar la indemnización propuesta por la empresa la que apuró a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) declarar rotos los contratos individuales de trabajo, y extinguir al mismo tiempo el Contrato Colectivo de Trabajo.

La noticia les llegó a los obreros el mismo día en que cumplían un año de huelga: el 6 de julio. Iniciaban una marcha en compañía de sus esposas e hijos desde su sindicato rumbo a la empresa, para mostrar la unidad de las familias ante la presión patronal. La información, que corrió en un instante, causó primero desconcierto y luego enojo entre los obreros y sus familias.

«¿Cómo es posible ?se preguntaban los huelguistas? que cuatro días después de las elecciones federales se anunciara la terminación de nuestros contratos de trabajo?».

«¿Dónde quedó nuestro derecho de huelga?», se cuestionaban.
Eran más de 600 personas, en el aniversario de la huelga, conglomeradas frente a la empresa, quienes después de escuchar una misa oficiada por el obispo Raúl Vera, manifestaron su rechazo a la decisión de la autoridad laboral.

La JFCA con este fallo, impuso sin recato alguno, por encima de la huelga constitucional, la declaración de quiebra sustentada en una ley secundaria resuelta por el Juez Tercero de Distrito en Materia Civil y del Trabajo del estado de Nuevo León, anulando los contratos de trabajo y concibiendo un grave precedente en el derecho laboral mexicano.

LA ASAMBLEA DE FAMILIARES

Mi llegada a esta ciudad de Parras se da una semana después de esa noticia. Me entero que por la radio y de boca en boca se anuncia la realización de una asamblea urgente el viernes 13 de julio por la tarde.

Mi sorpresa al llegar al auditorio del Sindicato de Empresa Obreros Progresistas de La Estrella, fundado el 16 de septiembre de 1922, fue encontrar a esposas e hijos en compañía de los textileros en huelga. Tomados del brazo uno a uno, fueron ingresando al auditorio.

Pocas veces he visto una asamblea de familiares en una reunión sindical; en esta ocasión la prolongación del conflicto lo explica.

Informo sobre la arbitraria decisión de la JFCA de romper los contratos de trabajo en plena huelga, y la necesidad de agotar por medio de un amparo todas las instancias posibles, incluida la Suprema Corte de Justicia. Les digo que esto puede prolongar varios meses más la huelga.

De inmediato escucho voces y gritos que no desmayarán de su movimiento para evitar que se les imponga una indemnización con la que no están de acuerdo.

Una de las esposas levanta la mano y manifiesta: «Quiero que sepa que vamos a resistir todo el tiempo que sea necesario. Aunque sea frijoles comeremos, pero primero está nuestra dignidad».

Me llama la atención que son varias esposas las que levantan la mano y cada una de ellas, con una fortaleza pocas veces vista, anuncian la creación de un comité de esposas en apoyo al movimiento de huelga y la reapertura de la fuente de trabajo.

Uno de los trabajadores huelguistas dice: «Muchos trabajamos ahora como albañiles, barrenderos, vendemos lo que podemos para poder llevar el sustento a nuestra casa. Después de 38 años de laborar en la empresa no estoy dispuesto a rajarme».

Una de las señoras lamenta que sus hijos hayan tenido que abandonar sus estudios universitarios a causa de la huelga, y que harán lo necesario para que regresen a estudiar.

Al término de la asamblea, un grupo de jóvenes, hijos de textileros en huelga, informan que difundirán el conflicto para obtener apoyo.

Esa es la huelga de Parras, Coahuila, que los empresarios quieren acabar y que ahora familias enteras resisten para impedirlo.

*Abogado y académico, especialista en temas de justicia, consejero de la Comisión de Derechos Humanos del DF.

Correo: [email protected]
Twitter: @Manuel_FuentesM

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