La investigación en matemáticas o química son aún áreas hostiles a las mujeres científicas y predominantemente masculinas, valoraron las investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Norma Blázquez Graf y Olga Bustos, pese al aumento de participación femenina en estas disciplinas.
Sin embargo, muchas de las científicas mexicanas en estas áreas todavía no pueden realizar posgrados ni ocupan puestos de poder, coincidieron ambas feministas participantes en el Segundo Encuentro de Mujeres en las Ciencias Exactas y de la Vida que concluyó este fin de semana en la ciudad de México.
Mientras que los estereotipos sociales persisten, la ciencia, coinciden ambas, es un área profesional muy demandante, exige dedicación, los horarios de trabajo son muy rígidos sobre todo en las áreas experimentales y la etapa de posgrados coincide con el ciclo reproductivo de la mujer.
Ante ello, muchas mujeres se ven en el dilema de o seguir estudiando o tener hijos, por lo que muchas de ellas deciden retirarse.
Hoy, en el país, la matrícula de educación superior está al parejo: 50 y 50 por ciento. En posgrado disminuye el número de mujeres, en total se ubica entre el 30 y 40 por ciento, a decir de Blázquez Graf.
DISCRIMINACIONES SUTILES
Si bien no se habla de una discriminación abierta en esta área del conocimiento, existen formas muy sutiles, casi imperceptibles, lo que la misma Norma Blázquez llamó «exclusiones sutiles» en la ciencia.
Tanto el personal docente, como los estudiantes, continúan considerando que las mujeres deberían estudiar en otras áreas y dejar del lado las matemáticas, física, química e ingeniería, que por «tradición cultural» han sido ocupadas por varones.
Olga Bustos refiere que «aunque la discriminación no se hace de manera intencional, ahí queda. Ni siquiera se sabe que esas son formas de violencia. Estas mujeres que se incorporan a estas carreras tienen muchas barreras, son muchas las pruebas, son muchas limitaciones».
ABRIENDO BRECHA
El camino no ha sido fácil, pero los logros se empiezan a observar poco a poco. Actualmente en la UNAM existen una serie de políticas afirmativas para las estudiantes y las que son madres, refiere Olga Bustos.
Por un lado, las estudiantes de maestría o doctorado que se embaracen, tienen derecho a seis meses de licencia con goce de beca.
A las estudiantes de licenciatura con buenas calificaciones durante los últimos tres semestres de la carrera, se les da una beca para que realicen un posgrado y recientemente se aprobó que se incluya la perspectiva de género para todas las actividades que la Máxima casa de estudios realice.
¿QUÉ FALTA?
Como lo refiere la investigadora Blázquez Graf, en nuestro país el apoyo que se le da a la ciencia es muy poco todavía y «el sistema de ciencia y tecnología aún es incipiente»,
Se necesitan más recursos por parte del gobierno y que se apoye por igual tanto a hombres como a mujeres. En este sentido se enfatiza que si las mujeres tienen la misma calificación que los hombres se les de prioridad a éstas para que el nivel se empareje.
Actualmente existen 10 mil investigadores, de los cuales, el 30 por ciento son mujeres.
Se necesita que la maternidad no sea un impedimento para que las mujeres continúen preparándose si así lo desean y que se les deje llegar a los puestos de toma de decisiones y de liderazgo ya que a la fecha, no ha habido ninguna mujer que haya dirigido el Sistema Nacional de Investigadores o el Consejo Nacional para la Cultura y la Ciencia (Conacyt), por ejemplo.
Finalmente, se necesita continuar trabajando para que en todas las áreas del conocimiento se promueva la perspectiva de género y terminar con las tradiciones culturales que ubican a mujeres y hombres en áreas de acuerdo a los roles que se supone cada uno debe desempeñar.
06/LGL/MR
