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Las estadounidenses dependen menos de los hombres

«Para bien o para mal, las mujeres dependen menos de los hombres o de la institución del matrimonio», informa el demógrafo William H. Frey, del Brooklings Institution, consultado por el New York

Times, luego de que el matutino encontró en un análisis del censo del 2005 que, por primera vez, el 51 por ciento de las mujeres estadounidenses vive sin esposos en casa o no son casadas.

En el 2005, el 51 por ciento de las mujeres dijo haber vivido sin esposo, cuando en 1950 era el 35 por ciento y 49 por ciento en el 2000.

Múltiples factores se manejan en las estadísticas. De acuerdo con el espectro de la edad, las mujeres se casan más tarde o viven sin casarse con sus parejas por periodos largos. Por otro lado, las mujeres están viviendo más y después del divorcio se niegan a casarse otra vez, a gusto con su nueva libertad.

Las mujeres de la raza negra se casan en menor proporción. Sólo el 30 por ciento vive con esposo, de acuerdo con el censo del 2005. Lo mismo sucede con el 49 por ciento de las mujeres hispanas, el 55 por ciento no hispanas-blancas y más del 60 por ciento de las asiáticas.

En un menor porcentaje, las mujeres tienen arreglos o uniones temporales, porque el esposo trabaja fuera de la ciudad, están en el ejercito o institucionalizados.

Para Stephanie Coontz, directora de Educación Pública de Council on Contemporary Families, organización no gubernamental, la institución del matrimonio no es la base que organiza a la gente por más tiempo. «La mayoría de las mujeres se casarán, o están casadas, pero la mayoría de las mujeres estadounidenses ahora pasan la mitad de su vida adulta fuera del matrimonio».

En tanto, William Frey señala que la situación actual de las mujeres es el reflejo claro de la herencia de los 60, época asociada con más independencia y más flexibilidad del estilo de vida de las mujeres.

Agrega que las mujeres jóvenes ahora lo entienden mejor, y están preparadas para vivir tiempos más largos de sus vidas solas o con compañeros no casados.

ELLAS HABLAN

En eso coincide Emily Zuzik, de 32 años de edad, una modelo y músico que vive en Manhatan y que dice no estar sorprendida por este cambio.

«Muchas de mis amistades son divorciadas o solteras o viven solas, afirma, conozco muchas mujeres de 30 años que prefieren rentar habitaciones».

Zuzik ya vivió dos veces en pareja, pero no planea hacerlo más, sino hasta casarse. Por lo pronto tiene su propio apartamento.

De igual manera, Linda Barth de 56 años de edad, editora de una revista en Houston, dijo no haberse casado nunca. «Antes solía dividir mis amigas entre casadas y solteras, pero ahora eso no es problema».

Sheila Jamison de 45 años de edad, soltera, quien trabaja para una compañía de medios, dijo que su familia le decía que debería de tener una mejor oportunidad encontrando a un esposo. Pero «considerando todas las bodas a las que asistí en los años 80, que han terminado muy, pero muy mal, considero que tengo mucha suerte. Pero, si acaso, debe de ser con alguien que me acompañe y le guste viajar y jugar».

Carol Crenshaw, de 57 años, se divorció en el 2005. Tiene dos hijos. Después de 33 años de matrimonio, dice no estar apresurada por hacerlo otra vez. «Estoy en mi casa, con mi vida muy confortable».

Y afirma: «Puedo hacer lo que yo quiera, cuando quiera y con quien yo quiera. Fui una esposa y madre. No siento que quiera hacerlo otra vez».

De aproximadamente 117 millones de mujeres mayores de 15 años, 63 millones están casadas. De éstas, 3.1 millones están legalmente separadas de sus maridos y 2.4 millones dijeron que sus maridos no viven con ellas por alguna razón.

Y agrega: «Antes el matrimonio era el camino, no había opciones. Una noche dormí en el otro lado de la cama, y pensé: me gusta

este lado».

Besse Gardner de 24 años de edad vive con su novio, pero no piensa casarse por el momento. Para ella, él es su compañero de dormitorio, su «roommate».

Elissa B. Terris, de 59 años de edad, divorciada, luego de 34 años de matrimonio, explica: «Un caballero me pidió casarme con él y dije que no. Estoy empezando a volar otra vez, le contesté,

estoy empezando a ser yo, no me lo quieras quitar».

07/LP/GG

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