«Gemas. Magia, misterio y curación» es un libro breve e interesante de la autoría de la mexicana Gloria Taboada Aguiar, quien a través de 171 páginas sintetiza el potencial que las piedras preciosas tienen para la salud del ser humano, algunas con posibilidades y efectos en las mujeres.
Es sabido que las gemas son un mineral, roca o material petrificado que al ser cortado y pulido se puede usar en joyería, también las hay orgánicas, como el ámbar, la perla o el coral.
Por su color, brillo, transparencia, efectos ópticos, durabilidad (dureza) y rareza se les clasifica en preciosas y semipreciosas. Las más costosas son cinco: diamante, rubí, zafiro, esmeralda y amatista.
En el mercado están también: ágata, ámbar, aguamarina, piedra de luna o feldespato, jade, lapislázuli, malaquita, ópalo, pirita, cuarzo y sus variedades, topacio y turquesa.
Taboada se introdujo en este «mundo infinito y fascinante» a partir de una labor de 15 años con la joyería, actividad que le permitió obtener dinero para vivir y conocer –además– la historia de cada gema, sus propiedades curativas y mágicas, la relación que tienen con los siete principales chakras del cuerpo (centros de energía) y su poder de acuerdo con cada uno de los signos del zodiaco.
«Hay vida en las gemas», afirma Taboada, convencida de que son un vehículo idóneo para desbloquear y revitalizar el cuerpo, la mente y el alma en mujeres y hombres que las utilicen.
Con relación a las mujeres, habla de las propiedades del ágata como una piedra que desde tiempos antiguos se usa durante la preñez, tanto para la seguridad del producto como para aliviar las molestias del embarazo.
También recomienda la bronzonita y la cornolina para ayudar en el tratamiento de la cistitis (inflamación aguda en la vejiga urinaria).
Al coral rosa, rojo y negro –formado por colonias de pólipos que se crean en el mar y dan nacimiento a los arrecifes– lo considera bueno para la menopausia (ya que previene la pérdida de energía) y como una ayuda en el tratamiento de la osteoporosis, además de propiciar el sano desarrollo de los huesos en la infancia.
De la pirita, gema que en la Edad Media los alquimistas pensaron que podría transmutar las piedras en oro, dice que es especialmente poderosa en enfermedades respiratorias y buena para la curación de hemorroides, aún en casos agudos.
A los cuarzos o cristales de roca dedica varias páginas. Los clasifica en ahumado, amatista, blanco, diamante, rosa, rutilado y turmalinado. El rosa es el más relajante y efectivo contra radiaciones dañinas, opina.
Para ella, el amor por las piedras va más allá de su brillo, ornato y costo –la atracción más común de la joyería–, pues hay vida en su evolución, energía, vibración y magnetismo.
Hay vida en relación con los organismos vivos y en su entorno. Hay vida en las emociones que provocan, palian o refuerzan, dice, y por ello en su libro «Gemas. Magia, misterio y curación» (Ed. El Ala de la Iguana, 2007) recomienda:
«Busque una gema por lo que ésta le da, por cómo la siente y la vive, por su relación íntima y personal con ella. Si se inclina por alguna o algunas en especial, es probable que los minerales le estén brindando las vibraciones y las energías que usted, sólo usted necesita.
«Si no pertenece a su signo, no importa. Por alguna razón inexplicable usted la quiere. En esto, como en tantos otros casos, siga su intuición, obedezca al sentimiento».
De la curación en el cuerpo humano con cristales hablaremos en la próxima entrega.
*Periodista, narradora oral, psicoterapeuta Gestalt corporal e instructora de Tao Curativo.
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