La violencia sexual constituye una de las más crueles formas de agresión contra las mujeres y una de las más difíciles de identificar, ya que usualmente se desarrolla en un círculo silencioso de intimidación, acoso, estigmatización y revictimización, revela el reportaje especial «Repudiemos la violencia sexual contra las mujeres», del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), elaborado por la Agencia Cerigua.
El documento señala que una de cada cuatro mujeres en Guatemala sufre violencia sexual, mientras que cada 10 minutos una niña o una mujer es violada en el mundo; esas agresiones dejan secuelas físicas, económicas y psicológicas difíciles de superar, otras veces concluyen en la muerte.
El Estado alienta o permite la violencia al mostrarse indiferente e incapaz de atender la alta demanda de justicia por parte de la población femenina; también la corrupción y la impunidad son factores negativos que impiden la ejecución de planes y estrategias nacionales para responder integralmente a la violencia sexual, añade la información.
La violencia sexual contra las mujeres es penalizada en casi todos los países, pero sus victimarios y sus causas permanecen en el anonimato, al ser poco abordadas y dadas a conocer a la ciudadanía; la invisibilización de la temática alienta la impunidad y refuerza la subordinación de la mujer, enfatiza el Informe Violencia contra la Mujer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ese tipo de agresiones refleja las relaciones desiguales de poder entre los sexos, la lucha por el control, el dominio sobre lo que consideran una propiedad y el estado de subordinación en el que permanecen las mujeres, señala la publicación.
La violencia sexual en sus distintas formas, desde la intimidación hasta la violación, restringe la capacidad de las mujeres de desplazarse en las calles, reduce su libertad para buscar trabajo y acceder a los servicios sociales; la violencia física y sexual se traducen en el aumento de embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH y complicaciones durante el embarazo, destaca el reportaje.
Es indispensable que las sociedades cuestionen el modelo patriarcal y las expresiones culturales machistas que provocan la violencia de género, de manera que pueda ser colocada en las agendas públicas y contribuir a desnaturalizarla, señaló el UNFPA.
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