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Marianismo, la victimización de las mujeres

Por Guadalupe Cruz Jaimes

El marianismo es un concepto proveniente de la imagen de la virgen María, la cual representa el sacrificio y abnegación de las mujeres.

Mediante esta imagen la mujer es concebida como un ser sumiso y casto cuya misión es dar todo sin recibir nada a cambio, viviendo a la sombra del hombre (padre, marido, hijo) y de la familia.

El marianismo puede ser entendido desde dos vertientes contrapuestas, la primera es la que se refiere a la victimización de las mujeres como una forma estratégica para lograr mejores condiciones de vida y la segunda se enfoca a la capacidad de gestión de las mujeres cuando convierten el sufrimiento y autosacrificio en influencia.

La razón de ser de la victimización es ser sacrificada y hacer de la inmolación una cosa sagrada. La víctima es considerada culpable de no defenderse y por lo tanto cree merecer el maltrato.

En esta vertiente del marianismo las mujeres suelen pensar que los hombres necesitan ser perdonados cualquiera que sea su comportamiento, la conducta del varón es justificada por la mujer.

El sufrimiento es una forma de ganar virtud y ganar superioridad moral. El autosacrificio se considera como parte integral de las madres latinoamericanas, y demuestra que a través de esta conducta el objeto del sacrificio se encuentra obligado para con la autora del autosacrificio.

Sin embargo hay formas de sufrir que no son consideradas virtud, por ejemplo en caso de violación y el abandono de los hijos. No se considera virtuosa cuando la víctima es culpada socialmente por su sufrimiento.

La segunda acepción del marianismo se refiere a las mujeres que utilizan ese sufrimiento y autosacrificio para obtener autoridad, no sólo en su relación con los hombres sino para promover sus puntos de vista en confrontación con otras posiciones políticas y otras mujeres.

Así, las mujeres emplean en su discurso el lenguaje de sufrimiento como medio de resistencia a fin de contrarrestar las relaciones de jerarquía de poder.

En varias sociedades, el sufrimiento de las mujeres es considerado una virtud femenina celebrada por los hombres en el poder para fortalecer y conservar la dominación masculina.

Pero no es el sufrimiento en sí lo que es valorado sino sufrir como un hecho visible, principalmente si se habla constantemente de él. Se considera virtuosa a la «mujer sufrida», sacrificada, y por lo tanto moralmente superior al hombre.

Por su posición subordinada al sistema patriarcal, el marianismo no es el mejor modelo para que la mujer conquiste nuevos espacios, ya que se corre el riesgo de fortalecer esa subordinación.

07/GCJ/CV

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