Inicio Más allá de la maternidad, reconozcamos nuestro valor humano

Más allá de la maternidad, reconozcamos nuestro valor humano

Por Laura Viadas

Las mujeres mexicanas somos el pilar de una cultura, señala la cantante Eugenia León a Cimacnoticias, pero apenas empezamos a ser reconocidas como eje de una sociedad en transformación. Y ser libres es nuestra premisa, como forma creada y creadora de vida, agrega en el contexto del Día de las Madres celebrado ayer.

«El dicho popular ‘más vale maña que fuerza’, dice Eugenia, encierra una verdad sobre las mujeres: la necesidad de resolver problemas nos ha dotado de capacidades que no están necesariamente reñidas con la fuerza física, pues lo nuestro, más que nada, es la resistencia y la intuición…»

La mujer es el valor intrínseco de una sociedad que continúa creciendo y con ello continúa descubriendo el gran horizonte de cada una de las acciones, afirma. «En el tema de la maternidad el mundo moderno ha mostrado un nuevo reto: que las mujeres estemos preparadas para ser madres en otros ámbitos, es decir, formulando nuevas figuras y estructuras para la familia…».

«… Alguna vez –continúa reflexiva– me dijeron una frase que me ha resultado invaluable para mi labor como madre: antes que la inteligencia, el carácter… Las madres y los padres no tenemos las respuestas para todo, pero las buscamos, en compañía de nuestras propias hijas e hijos, en el día a día. Padres o madres, también estamos en formación constante.

«Yo lo vivo de una manera muy clara: mi hijo lo sabe, sabe que voy creciendo con él, en un mano a mano, que yo tengo información extra por los años que ya he vivido más que él y esa información es la que tengo que transmitirle para que enfrente sus propios retos. Pero lo más importante, explica la cantante, es la comunicación con él y, sobre todo, tener la capacidad de reflexionar juntos sobre nuestra actitud, ante lo que nos va pasando como familia. Eso nos permite liberarnos de viejos patrones de imposición en donde las ‘verdades únicas’ solo crean ataduras…».

Ante la mujer madre y trabajadora se ciernen todo tipo de obstáculos, explica, desde los de ser cuestionadas por la «formación» de las y los hijos hasta por la disipación de su vocación: es decir, no obstante todo el terreno ganado con la lucha de unas y otras generaciones, continúa la gran pregunta sobre si cumplimos o no con todos nuestros roles.

«Lo doloroso ha sido ver la respuestas de la cultura machista: la violencia familiar y el feminicidio, que además tiene otras implicaciones ante la actitud de avance de las mujeres.

Sin embargo el único camino es no renunciar a nuestra independencia económica, cultural, creativa, sexual y emocional, afirma categórica.

Hemos tenido muestra de mujeres que lograron posiciones de poder en el gobierno, las instituciones, la empresa, los sindicatos. Mujeres con cualidades para lograr sus objetivos, lo paradójico ha sido la prevalencia de la cultura machista del «agandalle», de manipular para obtener beneficios personales a costa del beneficio de los demás.

En forma diferente, explica, «la feminización» es una cultura de la equidad, la inclusión, el respeto al medio ambiente, la educación, el diálogo y la armonía».

En un día que podemos celebrar a madres (biológicas o no), que han dado vida (ya sea a un hijo o a una cultura), «un tema pendiente somos nosotras mismas: sería maravilloso ser respetuosas de nuestras capacidades y tomar la responsabilidad de ser madre, biológica o no, o de no serlo, pero además de reconocernos los valores que tenemos como los seres humanos que somos para nosotras».

Somos una civilización llena de lesiones emocionales e injusticias sociales, por ejemplo: la impunidad ante los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, ese inmenso «monumento de impunidad», ya sea por la complicidad, por maldad, por miedo o por ambición, no es más que una gran muestra de que la sociedad enfermó en algún momento.

Por eso, luchar contra ello es también ayudar a que la sociedad sane y recupere sus valores de vida. Me parece que ahí está un pendiente que se extiende a muchos otros estados, a otros hogares y a otras vidas; el día que haya un mínimo de justicia ante tal monstruosidad, tendremos la esperanza de aspirar a una sociedad digna y honesta consigo misma.

Para las mujeres, concluye Eugenia León, no hay otra forma que la que venimos planteando muchas desde los años setentas: cada quien buscando en nuestros ámbitos. Renacemos o moriremos en el intento, porque ser libres es nuestra premisa como forma creada y creadora de vida…

09/LV/GG

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