Más de un centenar y medio de mujeres han sido asesinadas en Guatemala los primeros cuatro meses del año. Sergio Morales Alvarado, Procurador de Derechos Humanos de Guatemala, asegura que suman 154 las víctimas, mientras el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), considera que la cifra podría alcanzar las 174.
Lo cierto es que Guatemala –país ubicado en la frontera sur con México–, ve multiplicar los asesinatos en contra de sus mujeres, hecho considerado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como feminicidio. La organización internacional Casa Alianza ubica a esta ciudad como la más violenta de Centroamérica.
«Nos preocupa que se trate de una nueva manifestación de violencia contra las mujeres; hemos venido reflexionándola y considerándola como feminicidio porque, desgraciadamente, es muy específico contra mujeres. La repetición de estos crímenes, en muchos casos de carácter sexual, ha llevado a su tipificación como feminicidio», asegura la directora regional de UNIFEM, Teresa Rodríguez Allendes.
A la particularidad de que las víctimas sean mujeres y pobres, se suma que en muchos casos sean de origen indígena. Por eso sus familias difícilmente tienen acceso a la administración de justicia», abunda la funcionaria en el documento Servicio de Noticias de la ONU.
A nivel «superior» de lo que ocurre en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la frontera norte con México, en donde alrededor de 370 mujeres han sido asesinadas –según cifras oficiales—, a lo largo de 10 años Guatemala registra una larga cadena de violencia que se extiende al menos desde hace tres años.
LAS CIFRAS
Tan sólo entre marzo y abril de 2003, «más de 200 mujeres indígenas fueron violadas y asesinadas en Guatemala, por lo que es urgente que el legislativo apruebe una Ley de Acoso Sexual», alertó en mayo de ese año el Equipo Multidisciplinario de Organización de Mujeres.
En aquella ocasión, denunció que en Guatemala «el acoso sexual afecta más a las mujeres indígenas, quienes son discriminadas por razones de género, clase y origen étnico».
La violencia femenina había alcanzado tal nivel, que la Red de la No Violencia contra las Mujeres de Guatemala, presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una denuncia por el asesinato de más de 200 mujeres chapinas.
La Red integrada por varios grupos de mujeres –en voz de la activista Hilda Morales–, denunció que durante 2001 fueron asesinadas en Guatemala 222 mujeres, mientras que la cifra aumentó a 244, en el 2002″, difundió la agencia de noticias guatemalteca, Cerigua.
Un año después, el 9 de julio la colaboradora del diario Prensa Libre de Guatemala daba a conocer que «¡Ni una muerte más!», era el lema con el que la Red de No Violencia contra las Mujeres, iniciaba una campaña de protesta frente al Ministerio Público y al Congreso local por la falta de acciones del Estado frente al creciente número de víctimas femeninas.
«De acuerdo con una investigación realizada por el Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala en cinco medios de comunicación escrita, del 2002 al 2003 se han registrado 379 casos de asesinatos en contra de mujeres, mientras que en lo que va del año se reporta un promedio de dos asesinatos por día».
2004/BJ/GV/SM
