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Mujer salvadoreña, cuando equidad no significa sólo escaños

Por Redaccion

Aunque El Salvador ocupa el lugar 66, de una lista de 133 países, por la representatividad femenina en su Congreso, según datos de la Unión InterParlamentaria, la realidad de las salvadoreñas dista mucho de esos escaños políticos, informa el Especial Mujeres del Tercer Milenio Prensa Latina.

De acuerdo con organizaciones de mujeres de la nación centroamericana, ciertamente las mujeres logran más espacio en la vida política nacional, pero aseguran que además de ser insuficiente, no se trata sólo de ocupar cargos de poder.

Advierten que alcanzar más participación en esa área implica ampliar las posibilidades de desarrollo en todos los sentidos, las cuales se ven limitadas por el modelo de desarrollo.

En tal sentido, la directora ejecutiva de la Asociación Feminista Las Mélidas, Sandra Guevara, asegura que las condiciones sociales y económicas de un país son determinantes en el aspecto de los derechos de las mujeres.

Al problema del desempleo –un asunto crítico en el ámbito nacional– se añade que a las mujeres no sólo se les niegan puestos laborales para los cuales tienen todas las condiciones, sino en la mayoría de los ya ocupados reciben menos ingresos que los hombres en iguales cargos y con similar calificación.

Irma Guirola, quien dirige el Centro de Estudios de la Mujer (Cemujer), asegura que existe una marcada inequidad de derechos y oportunidades con relación a los hombres.

Muchas no pueden estudiar, y a la vez son cabeza de hogar, lo cual limita sus opciones de desarrollo.

Un estudio de Naciones Unidas indica que en El Salvador la tasa de analfabetismo presenta diferencias sustanciales entre mujeres y hombres: 20.8 por ciento y 15.3 por ciento, respectivamente.

A este panorama se suman los altos índices de criminalidad, violencia doméstica y sexual, dentro de los que las mujeres son blanco perfecto y reiterado.

Sólo por violencia familiar, se registraron en el país un total de 15 homicidios desde enero hasta julio de 2007, según datos de Medicina Legal.

La mayoría de las personas fallecidas eran mujeres, ocho fueron agredidas por sus compañeros de vida o esposo; tres por alguno de sus progenitores y el resto por abuelo, cuñado y madrastra, destacó la entidad.

Por otro lado, un informe presentado en noviembre último por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, titulado Femicidio en la región de Centroamérica, indica que El Salvador ocupa el segundo lugar con mayor número de casos.

En tal sentido, la Concertación Feminista Prudencia Ayala demandó al Fiscal General de la República, Félix Garrid Safie, una investigación exhaustiva de más de 300 asesinatos de mujeres en el país.

El lamentable escenario obliga a cientos de mujeres a buscar otros horizontes y se suman a la enorme masa de emigrantes, de la cual se calculan son casi la mitad.

Con cierto cinismo, pero sobre la base de la cotidianidad, algunos expertos en temas migratorios aseguran que El Salvador exporta salvadoreños, un negocio de dos millones de dólares diarios, debido a la falta de oportunidades y a la exclusión social que impera en la nación.

En abril último, el canciller Francisco Laínez afirmó que por lo menos 700 salvadoreños buscan diariamente cruzar la frontera de Estados Unidos.

De los 2.5 millones que ya viven en ese país, de acuerdo con la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, aproximadamente un 48 por ciento de ellos son mujeres.

MODELO ANDROCÉNTRICO

La Concertación Feminista Prudencia Ayala calificó de androcéntrico al modelo económico y social establecido tras la firma de los Acuerdos de Paz, que en 1992 pusieron punto final a una guerra civil de 12 años.

Desde entonces, las salvadoreñas luchan por alcanzar su lugar en la sociedad: sin embargo, el arraigado machismo que forma parte no sólo de la «cultura» de este país, sino de sus vecinos de la región y del Continente, continúan limitando sus posibilidades.

Según declaraciones de la vicepresidenta de la República, Ana Vilma de Escobar, en el Segundo Foro de Equidad de Género y Gobierno en las Américas, celebrado a principios de este mes en Atlanta, Estados Unidos, sobre el tema de la mujer El Salvador tienen mucho que decir.

Aseguró que ya cuentan con una Política Nacional de la Mujer, y para lograr el empoderamiento de ellas hay programas importantes como el de red solidaria EDUCO y campañas para prevenir la violencia familiar.

Ana Vilma, que es la primera mujer en la historia de El Salvador en ocupar el cargo de vicepresidente, agregó que las salvadoreñas han logrado alcanzar un lugar importante en la sociedad con la creación de Oficinas Regionales de la Mujer. Detalló que hay representación femenina en el gabinete de gobierno, alcaldías, como la edil de la capital salvadoreña, Violeta Menjívar, y en la Corte Suprema de Justicia, entre otras esferas.

No obstante, reconoció que todavía falta trabajar bastante porque los porcentajes de las mujeres en cargos públicos aún pueden ser mayores.

Guirola, de Cemujer, coincide con la funcionaria de que hay un camino largo por recorrer pues no basta con que haya mujeres prominentes en la política.

El problema de inequidad persiste en el país y el común denominador de las mujeres salvadoreñas es el estancamiento de las posibilidades para su desarrollo, concluye el Especial Mujeres del Tercer Milenio Prensa Latina.

07/GG/CV

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