En Pakistán, el perfil de las Fuerzas Armadas ha ido cambiando para incluir al género femenino; los jefes de las fuerzas armadas están ansiosos por mostrar una cara más liberal, promocionando mujeres oficiales como modelos a seguir en un país donde el respeto a los derechos de la mujer tiene antecedentes bastante disparejos.
En Islamabad, durante una época, el único trabajo que podía conseguir una mujer en el Ejército de Pakistán era el de enfermera. Pero ahora hay mujeres paracaidistas, pilotos de cazas de combate e inclusive generalas.
El perfil de las fuerzas armadas de esta nación islámica está cambiando lentamente. Hay apenas 4 mil mujeres en un Ejército de 550 mil efectivos militares, menos de 1 por ciento del total, pero las oportunidades comienzan a surgir.
«No existen restricciones culturales que impidan a las mujeres ser modelos o actrices. Por lo tanto ¿por qué impedirles ser soldados?», dijo la teniente general Shahida Badsha, una doctora militar que se convirtió en la segunda general del Ejército de Pakistán en enero.
En abril, las primeras cuatro mujeres piloto se incorporaron a la Fuerza Aérea. Dos semanas más tarde, las dos primeras paracaidistas completaron su adiestramiento, saltando de un avión para marcar su graduación.
Ahora, el ejército ha enrolado a 30 mujeres en los cuerpos de señaleros, zapadores y computación, así como en el sector de justicia militar.
«Es un buen paso ofrecer oportunidades iguales a ambos sexos», dijo el general Shaukat Sultan, vocero del Ejército. «Con cada día que pasa, Paquistán se hace una sociedad más abierta. Es el requisito básico de una democracia».
Pero no muchos están de acuerdo
El presidente general Pervez Musharraf, quien tomó el poder en 1999 y sigue siendo el jefe de las Fuerzas Armadas, es partidario del islamismo moderado y ha promovido la participación de las mujeres en la política.
Sin embargo, musulmanes de línea dura acusan a Musharraf de permitir a las mujeres ingresar al Ejército para complacer a Occidente y de ofender al Islam al permitirles que sirvan en las mismas unidades que los hombres.
Por lo pronto, la reacción ante mujeres pilotos y paracaidistas que tratan de prosperar en un medio eminentemente masculino ha sido en su mayor parte positiva.
En sus 27 años de servicio, la teniente Badsha nunca ha estado en combate, pero espera que las mujeres lo hagan en el futuro.
«Tal vez no ocurra enseguida, pero luego de siete a diez años, las mujeres estarán preparadas para esos roles», dijo Badsha, madre de tres hijos. «Es algo que me gustaría hacer. Sería emocionante».
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