Guatemala continúa siendo uno de los países con mayor desigualdad en el mundo: un estudio elaborado por el Foro Económico Mundial reveló que este país se encuentra en el puesto 106 de 128 naciones evaluadas en aspectos de equidad entre hombres y mujeres, pese a ello se han reportado avances significativos para esta población.
De acuerdo con el suplemento Diálogo, elaborado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), no es suficiente denunciar que en Guatemala es obvia la discriminación de género, se deben promover medidas que contribuyan a la erradicación de ésta.
Pese a los grandes retos que hay en el país en materia de igualdad entre hombres y mujeres, éstas últimas han logrado avances significativos, entre ellos la incidencia en el Congreso de la República en casos como la firma del «Libro de la Vida», que fue ratificado sólo por 57 legisladores de 158, después que el movimiento de mujeres exigió no hacerlo y respetar sus derechos cómo humanas.
Las mujeres indígenas se han convertido en actoras, han creado organizaciones propias y participan también de manera activa y deliberante, además algunas practican un «feminismo indígena» que pone sus esfuerzos en los derechos culturales y la identidad de sus pueblos.
La información subraya que las guatemaltecas cada vez tienen más espacios de participación a nivel organizativo, entidades donde logran ser escuchadas y promueven acciones para reivindicar sus demandas.
Guatemala se pasó del feminismo como concepto universal a los feminismos múltiples adoptados por los Acuerdos de Paz, los cuales, pese a las críticas a su poco cumplimiento, han aportado a la transformación del país, señala la publicación.
Finalmente, el documento enfatiza que el reconocimiento del país como pluriétnico, plurilingüe y pluricultural, permitirá abrir un proceso de transformación de los imaginarios sociales.
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