A seis días de las elecciones federales, mujeres de organizaciones civiles y partidos de izquierda aseguraron que al ser más de la mitad del padrón electoral, las mexicanas tienen en sus manos el poder de elegir a quienes les garanticen el ejercicio pleno de sus derechos.
"La actual coyuntura electoral es una gran oportunidad para dar un nuevo rumbo a la nación, y construir un futuro más libre y promisorio, justo y democrático", aseguraron en un comunicado.
Las activistas e integrantes de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) consideraron que la plataforma política del candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es la única que busca cambiar el rumbo de la nación, y articula la lucha contra las desigualdades sociales y de género.
Destacaron que la Ciudad de México, bajo los gobiernos de izquierda, es "ejemplar" en el respeto de los derechos de las mujeres, y los derechos sociales y económicos.
Aseguraron que las gestiones de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) han violentado de manera sistemática los derechos de las mujeres, y han provocado retrocesos en conquistas ya ganadas, como el derecho a ejercer una maternidad libre y voluntaria.
El incremento de las violaciones sexuales a 30 mil por año y el aumento del feminicidio hasta en 400 por ciento, son algunos de los datos representativos de lo que han significado para las mujeres los gobiernos de ambos partidos, dijeron las simpatizantes de AMLO en un desplegado que en breve se publicará en un diario de circulación nacional.
Las mujeres aseguraron que ni Josefina Vázquez Mota (PAN), ni Enrique Peña Nieto (PRI-PVEM) ?ambos también candidatos a la Presidencia?, han defendido los derechos de las mujeres.
Cabe recordar que de 2008 a 2011, el PAN, en contubernio con el PRI y la jerarquía católica, realizó 17 reformas constitucionales en los estados para "proteger la vida desde la concepción-fecundación", y criminalizar así a las mujeres que abortan.
Las mujeres de izquierda acusaron que las restricciones del sistema educativo y del mercado laboral condenan a la frustración a 7 millones de jóvenes, la mayoría mujeres que viven la inseguridad y la incertidumbre como sentimientos permanentes.
De igual forma denunciaron que las acciones contra el crimen organizado y la militarización en diversas regiones del país, han provocado frecuentes violaciones a los Derechos Humanos.
Las mujeres identificadas con el Movimiento Progresista demandaron un cambio económico y social "profundo" que ataque los graves índices de desigualdad y violencia prevalecientes.
Agregaron que para restablecer los derechos violados a las mexicanas, el próximo gobierno debe tener como base diversos ejes de acción, entre ellos: derechos plenos para todas las mujeres; contemplar en la cuenta nacional el trabajo domestico, y garantizar salario igual por trabajo igual.
También se deben crear leyes y políticas para que el trabajo remunerado sea compatible con la vida familiar; asegurar la paridad y participación política de las mujeres; así como seguridad y vida libre de violencia en el trabajo, la calle y la casa.
De igual forma se deberá otorgar a las mexicanas justicia expedita; acceso universal a la salud, incluyendo salud sexual y reproductiva; arte y educación para todas, así como democratización de los medios.
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