Inicio Mujeres deben «rescatarse» del mito de príncipes y princesas

Mujeres deben «rescatarse» del mito de príncipes y princesas

Por Redaccion

Rescatarse del mito de las princesas y los príncipes en el que somos educadas para retomar el poder creativo, la autonomía y una identidad sexual constructora, pidieron expertas en diversas disciplinas, durante el foro Las princesas y los príncipes, que el Instituto Municipal de las Mujeres (Immujeres) dirigió a trabajadoras del gobierno capitalino.

Desde los enfoques de las Ciencias Sociales, la Psicología y el Derecho, expertas en perspectiva de género plantearon la importancia de desmitificar las «enseñanzas» de los cuentos de hadas que dan a las mujeres un papel donde viven para ser protegidas, salvadas, vulnerables, frágiles, limitadas a los otros a quienes se les enseña a servir, amar y perdonar, incluso, señala un comunicado del Immujeres.

La psicóloga Ita Bico Cruz López, coordinadora del área de Atención Psicológica de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos Oaxaca (CDDHO); la abogada Martha Aparicio Rojas, investigadora en proyectos de género, y la maestra Leticia Briseño Maas, presidenta de la Comisión Editorial de la Red de Estudios de Género Región Sur de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), coincidieron en cómo lo simbólico subyace en la vida de las mujeres y condiciona su actuar.

Por ello, propusieron a las trabajadoras del ayuntamiento capitalino hacer de la educación para ellas, sus hijas e hijos, un instrumento de desarrollo de sus potencialidades, incentivar su preparación académica para ser exitosas en su vida personal pero también en las actividades profesionales y ser protagonistas de sus propias historias. Legitimando la igualdad de oportunidades, reduciendo la vulnerabilidad y recuperando su autonomía.

Esta actitud, señalaron las especialistas, sería la forma para desmitificar los roles que, a través del mito de la princesa de cuento, se introyectan en cada una de las mujeres que esperan, como las princesas, ser cuidadas y protegidas por el príncipe, haciendo que en ellas disminuya la respuesta a responsabilizarse de sí mismas, frente a los varones a quienes con el imaginario del príncipe se le forma para ser proactivo o tomar decisiones.

Ante la directora del Immujeres, Sylvia Bustamante Arreola, sostuvieron que lo primordial no es esperar ser rescatadas por el príncipe, sino «rescatarse» del mito que nos educa para retomar el poder creativo, la autonomía y una identidad sexual constructora de una sociedad con equidad de género.

Las formas de educar, dijeron, condiciona los roles sexuales, tanto para ellas como para ellos, lo que puede generar el desempeño de actitudes de violencia, dependencia y discriminación, para ambos géneros. Ellas, las princesas toman en los cuentos roles pasivos de dependencia, ellos luchan en combates sangrientos para salvar a la princesa.

Muchos de los decretos sociales definen también la naturaleza femenina en cuanto al amor se refiere, así como su misión: la primera es amar, la segunda amar a uno solo y la tercera amar siempre. «Y fueron felices para toda la vida», sin embargo, la realidad es diferentes.

Con las «enseñanzas» que dejan estos cuentos, se niega la posibilidad de considerar a las mujeres como individuas autónomas que viven por y para sí mismas conjugando la identidad femenina social, en el cómo tiene que comportarse socialmente y cómo expresa la sexualidad y su vocación por el amor.

Para las especialistas, la forma en que se educa a las mujeres ha girado en torno a los hombres, es decir, las normas sociales por lo menos las occidentales, dictan comportamientos. De ahí que se consideren como deberes «de toda princesa» con respecto a los príncipes educarlos cuando son jóvenes, cuidarlos cuando son mayores, aconsejarlos, consolarlos y se hace lo necesario para que la vida les resulte agradable y grata, tareas que realiza toda la vida para que pueda llegar a ser reina.

Sin embargo, plantearon que esta construcción social perpetúa formas de discriminación y coloca a las mujeres en posición de desventaja y abuso, al estar en posición de servir al otro, «dedicando su vida a la felicidad del hombre», una ideología del amor que ha contribuido a reproducir representaciones sociales de la mujer dependiente del hombre «por naturaleza» con grandes dificultades para acceder a la autonomía.

Frente a ello, la única herramienta será cambiar la educación y desmitificar la historia de las princesas, concluyeron las especialistas frente a un auditorio compuesto por unas 150 trabajadoras de diferentes dependencias del gobierno de la ciudad de Oaxaca.

09/GG

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