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Mujeres desprotegidas laboralmente

Por Hypatia Velasco Ramírez

La violencia de género en las organizaciones y empresas es un problema oculto, donde las más vulnerables son empleadas nuevas y/o jóvenes, madres solteras y mujeres con contratos temporales, señaló la doctora Jennifer Cooper, profesora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante su participación en el seminario Violencia Familiar y Violencia de Género, intercambio de experiencias internacionales.

Cooper explicó, en su conferencia Problemas Metodológicos en la Investigación de la Violencia de Género en el Ámbito Laboral, que el rasgo principal del hostigamiento sexual es que constituye una relación abusiva, alentada por el ambiente social que lo rodea.

Esto conlleva a que su característica mas importante sea la impunidad, el silencio y la complicidad, subraya.

Asimismo, dice la doctora Cooper, el hostigamiento sexual es invisible para la sociedad toda vez que se percibe como un fenómeno que aparece únicamente en la medida en que la mujer lo permite y que, aunque las trabajadoras viven la violencia y la sienten, no todas la nombran ni la definen como tal.

Y permanece oculto como un problema de las empresas ya que es visto como una desviación de los trabajadores y no como parte estructural de las organizaciones.

Sobre llamar a esta práctica hostigamiento sexual y no acoso, Cooper especifica que en México el acoso no esta tipificado en la ley en tanto que el hostigamiento sí está contemplado en la leyes de nuestro país.

La profesora de la Facultad de Economía define el hostigamiento sexual como cualquier insinuación sexual no solicitada ni deseada.

Al respecto, afirma que en Canadá y Australia las denuncias sobre esta práctica, así como la responsabilidad de ésta, recae principalmente sobre las empresas porque tienen la obligación de proporcionar un ambiente laboral sano.

En la empresa Chrysler en Canadá, pone como ejemplo la doctora Cooper, se capacita a los delegados sindicales, a su personal de recursos humanos y a sus trabajadores para que este elemento no este en el ámbito laboral y para exonerarse de cualquier culpa en caso de denuncia.

Esto sucede ya en algunos países, pues -explica Cooper- si un supuesto hostigador comprueba que desconocía que estaba cometiendo hostigamiento y su intención no era esa, quien debe pagar la multa y tiene la culpa es la empresa, pues el trabajador puede comprobar que nunca fue capacitado al respecto y que no entendía que lo que estaba haciendo era ofensivo.

Al término de su presentación, Jennifer Cooper advirtió que el hostigamiento dentro de las organizaciones propicia segregación laboral, pues las mujeres se encuentran separadas de los hombres y esto afecta al salario de las trabajadoras, así como sus condiciones laborales.

06/HVR/GG

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