La semana pasada, con motivo del Día Internacional de la Mujer, los medios de comunicación se llenaron de noticias y editoriales en torno a las situaciones que vivimos las mexicanas respecto al ejercicio de nuestros derechos.
Al hacer memoria del esfuerzo realizado con motivo de la Conferencia de Beijing hace 18 años, para definir las principales áreas de preocupación que en ese momento se planteaban en materia de equidad de género en el mundo, pensé que sería útil proponer algo semejante para México en 2012 y de cara a los procesos electorales.
Desde mi perspectiva persiste un viejo déficit, pero la situación de emergencia nacional visibiliza crecientes agravios para la vida y bienestar de las mujeres. Propongo al menos 10 áreas de preocupación en materia de las relaciones de género y los derechos de las mujeres en México:
1. En primer lugar el agravamiento de las violencias:
a) La doméstica de tipo físico, sexual, psicológico y económico profundizada por el deterioro de las condiciones de vida de la población.
b) La de género como el feminicidio, secuestros, trata, prostitución forzada, violaciones, asesinatos y agresiones a defensoras de Derechos Humanos (DH) y a periodistas.
c) La del Estado por desapariciones forzadas, violaciones, privación arbitraria de la libertad, tortura, pobreza, analfabetismo, entre otras.
2. Vinculado a lo anterior una ausencia de acceso a la justicia, al debido proceso y a la reparación del daño que se refleja en la falta de investigación de las denuncias relacionadas con víctimas mujeres, trato inequitativo en juicios y la aplicación de penas, ausencia de protocolos de investigación con perspectiva de género, abusos, extorsión u omisiones intencionadas ejercidos por policías, jueces y ministerios públicos.
3. Discriminación, exclusión y maltrato de mujeres indígenas, tanto al interior de sus comunidades donde el ejercicio de sus libertades es frecuentemente conculcado, como en el medio externo donde son discriminadas en su acceso a la salud, a la educación, al trabajo y al poder.
4. Elevada vulnerabilidad de mujeres migrantes y desplazadas que sufren explotación y abuso por parte de las redes de traficantes de personas y por los agentes migratorios, agravados por su condición de mujeres.
5. Retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos frente a una agenda conservadora de los gobiernos y congresos, impulsada por la Iglesia católica y algunas iglesias cristianas.
6. Divulgación y normalización de la narcocultura que conlleva vivir en violencia crónica con miedo frente a entornos amenazantes; naturaliza la violencia en las relaciones de pareja; conduce a construirse y ser construidas como mujeres para ser parejas de los delincuentes o de personal de seguridad (policías, soldados, marinos), visto como mecanismo de movilidad social.
7. Falta de equidad en el mundo del trabajo remunerado al mantenerse la división sexual del trabajo, la desigualdad en las remuneraciones y en las posibilidades de promoción y ascenso, el acoso sexual, y en general la persistencia una organización androcéntrica de la vida laboral.
8. Desvalorización de la economía del cuidado que lleva a la doble jornada, al estrés, depresión, sentimientos de culpa, cansancio, reclusión y baja participación de las mujeres en actividades públicas.
9. La persistencia de techos de cristal en el acceso de las mujeres al poder político, económico, social, cultural.
10. La presencia de ciudadanías diferenciadas por el desigual desarrollo de legislación, organismos y programas en el territorio nacional. El caso más emblemático es el encarcelamiento de mujeres por haber abortado en Guanajuato, frente a aquellas que pueden acudir a la interrupción legal del embarazo (ILE) en el Distrito Federal.
Se visibilizan nuevas categorías de mujeres víctimas:
a) Las madres de mujeres jóvenes asesinadas o secuestradas y de desaparecidos, que recorren el país clamando por justicia y acceso a la verdad.
b) Las periodistas amenazadas y acosadas por documentar y denunciar la profunda corrupción que nos corroe.
c) Las defensoras de DH que están colocando el tema de trata y tráfico de personas en la agenda política.
d) Las mujeres que están llevando sus casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos ante las graves deficiencias de la justicia en México y las mujeres migrantes que empiezan a alzar su voz y a reclamar sus derechos.
El hecho es que la desigualdad de género en nuestro país en lugar de reducirse se está profundizando.
*Analista del Cambio Social y presidenta de INCIDE Social A.C.
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