Inicio Nabor, niño de Chiapas, pide ayuda ante agrietamiento de tierra

Nabor, niño de Chiapas, pide ayuda ante agrietamiento de tierra

Por Redaccion

Primero una casa se empezó a partir. Como estaba lloviendo durante el día y la noche, empezó a entrar agua en esa casa. La acabó, se partió, porque el horcón que la sostenía quedó a un lado y el techo de lámina en otro lado, narró Nabor Gómez Sánchez, niño de 15 años, a Visión Mundial México.

Esos hechos provocaron su salida y la de varias familias de la comunidad Adolfo López Mateos, en Ocotepec, Chiapas, considerada en extrema pobreza. Donde era el camino principal, la mitad quedó abajo y la otra mitad arriba, dijo.

La grieta volteó y rompió el tanque de recolección de agua para la comunidad. Y ahora dicen que la grieta está llegando más abajo, se está partiendo la tierra en nuestra comunidad, advierte el niño.

«En mi casa se estaba filtrando el agua, es que un lado tiene adobe y ahí se filtraba más. Desde mi casa se escuchaban los ruidos de debajo de las piedras, donde está más feo, se escucha un fuerte ruido… ahora ya tiembla y se escucha cómo está bajando el temblor y el agua dentro de la tierra», platicó Nabor.

Él, por el momento, no asiste a la escuela preparatoria y es uno de los niños desalojados de su comunidad por la grieta de más de 7 kilómetros que causó severos daños en su comunidad.

«Gracias a dios salimos a tiempo cuando nuestra pared sólo estaba mojada. Primero venimos mi mamá y mis hermanitos. Mi papá se quedo allá. Tenemos nuestra tele. Como mi papá se quedo allá, cuando vio que estaba llegando más cerca la grieta, nos trajo la tele, pero todavía quedó nuestro colchón, la cama, como no lo puede traer…»

Con su vista fija en un punto lejano platicó que algunos vecinos y su mamá, doña María Margot Sánchez, de 34 años, bajaron de su comunidad al municipio de Ocotepec, ya que se «empezó de día a escuchar el ruido que provocó la grieta».

Nabor, junto con su madre y sus hermanos, Pedro, de 10 años; Mirna Lucero, de 6 años, y Carlos Adrián, de 3 años, están en el refugio, ya que su papá don Gaspar, de 37 años, se quedó en el pueblo para cuidar sus cosas.

Al recordar lo sucedido, la nostalgia invade a Nabor, quien menciona lo que extraña de su comunidad: «Me gusta estar en mi comunidad porque me divierto un poco más por los árboles, aquí no es como estar en nuestra casa. Yo quiero mirar la televisión y no la puedes prender, aquí si quieres hacer algo no lo puedes hacer porque no es tuyo».

Con añoranza Nabor recuerda: «Allá dormíamos en nuestra cama, aquí dormimos en el piso». Agregó que el cambio brusco de clima le ha causado enfermedades respiratorias: «sí, ahora tengo calentura. La comida está muy bien pero me gusta más lo que comía en mi casa, porque la tortilla es hecha a mano, aquí es tortilla hecha con máquina lo que comemos, lo que más extraño es el pollo de rancho, no es igual al de granja».

Las fuertes lluvias han provocado que la grieta accidentada provoque ranuras de cinco metros de ancho por más de tres de profundidad, lo que causó que los pobladores de la comunidad de Adolfo López Mateos desalojaran sus viviendas desde el pasado lunes 5 de noviembre.

«Extraño a mi caballo que se quedó allá, porque me iba montado sobre el caballo los domingos a ver a mi abuelita a la comunidad de Providencia y también como tenemos maíz con el lo acarreamos», recuerda Nabor.

Dentro de la zozobra, sabe lo que necesita para volver a sonreír: «Pido que nos apoyen a todos, porque no tenemos dinero, que nos ayuden a construir nuestra casa y que a todos nos den un lugar donde podamos vivir, que nos den un lugar como es allá, en un campo porque así estamos acostumbrados.

Aquí en la ciudad las niñas y los niños se enferman mucho porque hay más calor, allá es más fresco, me gustan los árboles que son grandes e ir a la milpa porque de ella nace el maíz para hacer la tortilla. Además hay más lugar para sembrar calabaza, repollo, acelga, rábano, zanahoria y todo lo comemos», comentó Nabor salivándose la boca al recordar lo que comía en casa.

Acompañado de sus hermanos durante una visita al Centro Cultural de Copainalá, como parte del apoyo y atención a niñas y niños, al dejar salir un prolongado suspiro Nabor dijo: «Extraño mi comunidad».

Visión Mundial de México es parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950 y que actualmente tiene presencia en más de 96 países en tres líneas básicas: Desarrollo transformador; Promoción de la Justicia y; Prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran.

07/GG/CV

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