Para Jannette, por la aventura de nuevos horizontes
La incursión de las mujeres en la política es un campo minado: su actuar público aun es contrastado con su vida privada. Los argumentos de crítica son el no responder a los roles sociales asignados: mujeres que se salen de la norma son descalificadas como políticas al no ser mujeres perfectas. Si estas condicionantes se dan hoy, en pleno siglo XXI, imaginen lo que fue para Nilde Jotti, política italiana que en la década de los 40 militó en el Partido Comunista.
Nilde nació en Italia en 1920, integrante de una familia humilde que se mantenía del salario de su padre, un ferrocarrilero. Este hecho no limitó que ella trascendiera y lograra estudiar la licenciatura en Letras en el Instituto Católico de Milán.
En su adolescencia, al estallar la Segunda Guerra Mundial, Nilde formó parte de la resistencia junto a los Aliados. Fue entonces que se afilió al Partido Comunista, en donde organizó los grupos femeninos.
Al término de la guerra, Nilde formó parte del comité director de la federación local del Reggio por el Partido Comunista. En 1946, fue electa para formar parte del colegio Electoral de Parma para la elaboración de la Constitución italiana.
Dos años más tarde, en 1948, y pese a la condena de algunos integrantes del Partido Comunista por estar involucrada sentimentalmente con Palmiro Togliatti, secretario del Partido Comunista Italiano, fue electa diputada.
Uno de sus grandes logros políticos fue el poder unir las fuerzas de izquierda en favor de la aprobación del divorcio en 1970. Esto le valió proyectarla para la presidencia de la Cámara de Diputados en 1972; fue reelecta en dos ocasiones más, 1979 y 1983.
Nilde Jotti nos heredó la lucha por la conquista del espacio político para las mujeres.
*Integrante de la Red Nacional de Periodistas
05/EC/YT
