Debido ala recesión mundial, el descenso en la explotación infantil que se ha producido en los últimos años puede sufrir un frenazo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y las principales perjudicadas pueden ser las mujeres más jóvenes, las niñas.
Este instituto consideró que muchas niñas se verán avocadas por sus familias a dejar los estudios y trabajar para llevar un dinero a casa. Esta situación está vinculada a que en muchos países, las familias favorecen a los varones cuando se toman decisiones sobre la educación de los niños.
De esta manera, las niñas corren el riesgo de ser alejadas de la escuela y, por lo tanto, tienen mayores probabilidades de entrar a formar parte de la fuerza de trabajo a edad temprana.
Este hecho también incidiría en un aumento del analfabetismo femenino, ya que el 55 por ciento de los niños en edad escolar que no están inscritos en clase son niñas. En el mundo, hay 218 millones de niños trabajando, de lo que unos 100 millones son niñas, según el estudio que publicó la OIT por la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
De ellos, 126 millones, uno de cada 12 niños en el mundo, se dedican a la servidumbre, trabajos forzosos o la explotación sexual. La mayoría de las niñas, en concreto, están destinadas a la agricultura (61 por ciento), seguida del servicio doméstico en casa de terceros (30 por ciento) y la industria (9 por ciento).
Además, las niñas se enfrentan a unos problemas específicos que justifican «esta atención especial», según el director general de la OIT, Juan Somavia. En primer lugar, gran parte del trabajo que realizan permanece oculto, lo cual genera riesgos adicionales como el abuso de trabajadoras domésticas.
Un segundo punto es que las niñas desempeñan más tareas en sus propios hogares que los hombres, lo cual implica una doble carga; por último, las niñas de muchas sociedades están en una posición inferior y vulnerable.
El Director de la OIT consideró que para acabar con esta explotación, los países deberían trabajar más en el Convenio 182, el último acuerdo de la OIT contra la explotación infantil. «Esta protección requiere de repuestas integradas que incluyen empleos para sus padres y medidas de protección social que los ayuden a mantener tanto a los niños como a las niñas en la escuelas», apuntó.
Este acuerdo ha sido firmado por 169 países. Sólo 12 no lo han hecho: Cuba, Eritrea, India, Islas Marshall, Islas Salomón, Kiribati, Myanmar, Sierra Leona, Somalia, Timor, Turkmenistán y Tuvalu. La aplicación de este acuerdo empieza a tener sus frutos, sobre todo en América Latina.
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