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No me chupo el dedo

Por Cecilia Lavalle

De verdad no entiendo. Les juro que hago el esfuerzo. Nada. No entiendo cómo, bajo qué premisas, con qué bases, a partir de qué suposiciones, algunos políticos creen que somos deficientes mentales, imbéciles, idiotas. Ahora resulta que en el cada vez más degradante espectáculo de corrupción que protagonizan militantes del PRD, René Bejarano es un simple mandadero de Rosario Robles. Sólo quiero dejar algo en claro: Yo no me chupo el dedo.

Con su mejor cara de «yo no fui», en conferencia de prensa, René Bejarano, el otrora hombre más cercano al presidenciable Andrés Manuel López Obrador, el ex diputado de la Asamblea del Distrito Federal, el mismo que aparece en un video llenando una maleta y las bolsas de su saco con miles de dólares que –por razones aún no plenamente explicadas- que le entregaba el empresario Carlos Ahumada –hoy detenido en Cuba-; René Bejarano, decía, salió con la batea de babas que él sólo le fue a hacer un mandado a Rosario Robles, que fue a recoger el dinero y luego se lo llevó a la misma Rosario que quién sabe qué hizo con él. ¡Hágame usted el favor!

Ya sólo la corrupción que hace del lenguaje este hombrecito debería bastar para enjuiciarlo. Dice que es una persona de «buena fe», que aceptó propuestas que le hicieron «de trabajo político…por las tareas electorales». ¿Así que a las raterías ahora se les llama trabajo político? ¿Así que las tareas electorales lo justifican todo? ¿Así que embolsarse hasta las ligas en las que venía el dinero se le llama buena fe? ¿Corrupto a secas se oye muy feo?

Dice que: «45 mil dólares son como medio millón de pesos, que en billetes de 100 dólares no hacen bulto…pero se trataba de que pareciera mucho dinero, fue entregado en billetes de a dólar, de a 10 y de a 20, y claro, el espectáculo es grotesco». ¿Así que medio millón de pesos no es mucho dinero? ¿Cuánto sí es mucho? ¿El problema no es que sea mucho o poco, sino que parecía mucho? ¿Quiere decir que si lo filmaban recibiendo esa misma cantidad de dinero pero en billetes de 100 el espectáculo no sería grotesco? Yo opino que lo grotesco es el hecho en sí; lo grotesco es que a un tipo que fuera líder de la «izquierda democrática», no le parezca mucho medio millón de pesos para «tareas electorales»; lo grotesco es que al que se asume como promotor de un cambio no le parezca mal que un empresario le entregue 45 mil dólares (más lo que no aparece en los videos) sin que medie recibo alguno; lo grotesco es que un tipo como él nos quiera decir que si el bulto es bultito no es grave; lo grotesco es que suponga que nos chupamos el dedo y que lo importante no es lo que es sino lo que parece.

Dice que: «…estoy limpio, lo único que hice fue cometer un error». ¿Qué será estar sucio? ¿Ser filmado llenándose las bolsas de un dinero, que hasta el sol de hoy no sabemos en dónde paró ni a cambio de qué le fue entregado, no es suficiente lodo para ensuciar a los de su plumaje? ¿Cuánta mugre necesita Bejarano para sentir que está sucio? ¿Si un policía acepta dinero a cambio de no poner una infracción es corrupción, o es un error? ¿Si un político se embolsa 45 mil dólares vaya usted a saber a cambio de qué, es corrupción o es un error? ¿Como es un error y no algo indebido o ilegal, sólo debe pedirnos perdón? ¿Cínico es una palabra muy fuerte para su fina persona?

En la conferencia de prensa mostró copias fotostáticas que -dice- anónimamente le hicieron llegar a su casa y que supuestamente prueban transferencias millonarias de dinero a cuentas de Rosario Robles, de la hija de ésta Mariana Moguel Robles, de otras personas que trabajaron o trabajan con la expresidenta del PRD, y de un alto funcionario de TELEVISA. Asimismo, presentó pruebas que evidencian –dice- que el video en el que aparece llenándose las bolsas de dinero fue editado, lo que demuestra –dice- que todo es un complot en su contra.

Contra las declaraciones de expertos en trámites bancarios que señalan como falsos los estados de cuenta presentados, contra las declaraciones de inocencia de los ahora involucrados, contra las demandas por difamación que han interpuesto contra Bejarano, contra lo ridículo que suena la idea de ser el mandadero de Rosario -sobre todo cuando es cosa probada la relación personalísima que mantenía ésta con el empresario corruptor-, contra todo eso vamos a suponer que todo es cierto: que fue un mandadero, que le tendieron una trampa, que es un complot ¿eso lo exime de su responsabilidad? ¿Eso lo exonera? ¿Eso lo convierte en un hombre de una pieza?

Y para acabarla, el presidenciable López Obrador, en lugar de exigir investigar y castigar culpables, caiga quien caiga, está enfrascado en su teoría del complot en el que, según él, han participado lo mismo la DEA que la PGR, la CIA que el CISEN, Gobernación que Presidencia y, por supuesto, el innombrable (léase Carlos Salinas de Gortari).

Mi amiga Ana Gabriela dice que ella se chupa el dedo por cochina no por pendeja. Pues hagan de cuenta.

*Articulista y periodista de Quintana Roo

Apreciaría sus comentarios: [email protected]

2004/BJ/SM

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