Después de quince años de la Convención de los Derechos del Niño por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en nuestro país se ha reducido la mortalidad por causas prevenibles y el fortalecimiento de programas de nutrición y educación. El programa nacional de vacunación mantiene una cobertura del 95% en niños de un año de edad con un esquema básico. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer.
Más de dos millones de niños y niñas entre 5 y 14 años no asisten a la escuela, más de tres millones de niños y niñas entre 6 y 14 años trabajan. La mitad de nuestros jóvenes menores de 18 años viven en condiciones de pobreza y 15 millones de niños en el campo sufren desnutrición crónica y se multiplica por cuatro si son indígenas.
La UNICEF México nos hizo un llamado a toda la sociedad: Fomentar la conciencia colectiva por el respeto a los derechos de los niños empezando con un ejercicio de evaluación de nuestro propio entorno social e individual.
Impulsar los temas de la niñez en la agenda política de los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y local) para favorecer políticas públicas de apoyo y protección de los derechos de los niños. Aumentar nuestra participación en la toma de decisiones sobre el destino de los recursos públicos dirigidos a la niñez y en la supervisión del adecuado uso de los mismos. Incrementar y fomentar una cultura de responsabilidad social empresarial que erradique prácticas como la explotación de la mano de obra infantil y promover la donación de recursos de manera cotidiana.
Todos sabemos que nuestro futuro está en nuestra infancia y en nuestros jóvenes, merece la pena el esfuerzo pues la detonación del progreso tiene su fundamento en el desarrollo pleno de la sociedad en su conjunto; mujeres, niños y jóvenes productivos hacen que un país sea grande.
El hambre es una de las peores formas de violencia, la falta de oportunidades es otra. Necesitamos la fuerza de los que vienen detrás de nosotros, su entusiasmo y valor.
*Periodista y escritora mexicana
2004/MG/LR/SM
