Cuatro mujeres fueron ordenadas hoy sacerdotes, y otras cinco diáconos en una ceremonia realizada en el río San Lorenzo, en la frontera de Canadá y EU, en el primer rito de este tipo celebrado en Norteamérica, de acuerdo con un informe de Mujereshoy.
Las mujeres, algunas de ellas ex monjas, decidieron celebrar la ceremonia en las aguas del río San Lorenzo porque ninguna diócesis católica de Canadá ni de Estados Unidos tiene jurisdicción sobre el área y no podían, en consecuencia, prohibir el rito.
A pesar de ello, las nueve mujeres se enfrentan a la excomunión.
En 2002 el entonces cardenal alemán Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, excomulgó a siete mujeres ordenadas sacerdotes por un obispo argentino en una embarcación sobre el río Danubio.
Precisamente, tres de las mujeres ordenadas en ese entonces fueron las que oficiaron la ceremonia de hoy, organizada por la Conferencia de Ordenación de Mujeres (COM), la mayor organización de mujeres sacerdotes de Estados Unidos.
«Mi inquietud es seguir mi vocación, ser ordenada y ser capaz de continuar mi propio ministerio personal», indicó la estadunidense Dana Reynolds, una de las sacerdotes ordenadas.
Michele Birch-Conery, canadiense y una de las ex monjas ordenadas hoy, declaró a la televisión canadiense que tomó la decisión de ser «ordenada» por la desigualdad de trato en la Iglesia católica entre hombres y mujeres. «Y al hacer esto, encaramos otras tantas igualdades con las que hemos estado viviendo durante mucho tiempo».
Birch-Conery añadió que la razón por la que no ha abandonado el catolicismo, a pesar del rechazo de sus posiciones en materia del sacerdocio femenino, es porque es la Iglesia en la que ha nacido.
«Y no es una Iglesia de una sola idea o una opinión o un conocimiento. Y siempre ha sido una Iglesia que a menudo ha tenido que reformarse. La Reforma nunca se detiene. Es un proceso en marcha», dijo Birch-Conery.
Reynolds también indicó que «somos sacerdotes obreros» que no podrán tener parroquias, pero que llevarán a cabo su misión en el mundo.
Antes de la ordenación, Joy Barnes, directora ejecutiva de COM, señaló que las nueve mujeres «están siguiendo el llamado de Dios. Están siguiendo un paso profético en el camino de Jesucristo que también fue callado por sus propios líderes religiosos».
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