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Padece incontinencia urinaria 25 por ciento de mujeres

Por la Redacción

Mujeres que estornudan, se ríen y tosen cruzando las piernas. Que prefieren no salir y quedarse en casa por miedo a no tener un baño a mano para cuando les de ganas. Mujeres que hasta evitan tomar agua para orinarse en la calle, podrían sumarse a la lista de millones de las que viven ya bajo la sombra de la incontinencia urinaria.

El escape sin control de la orina no siempre es sinónimo de pabellón, pero sí de consultar la especialista. La incontinencia urinaria es un síntoma de varias afecciones que pueden solucionarse con ejercicios específicos, medicamentos y cirugía en algunas situaciones, difunde Mujereshoy.

Acudir a la uróloga o urólogo o bien con la ginecóloga o ginecólogo para realizar un buen diagnóstico es fundamental para dar con el tratamiento adecuado.

La incontinencia urinaria es definida como el escape involuntario de orina que produce problemas orgánicos, psíquicos, sexuales o sociales importante y que altera calidad de vida y también la convivencia de las personas. En el caso de la incontinencia urinaria por esfuerzo (IUE) es, además, progresiva.

La literatura internacional señala que esta enfermedad afecta en un 25 por ciento a las mujeres y en un 15 por ciento a los hombres, mayores de 50 años, según se informa en un reportaje del diario chileno La Nación.

Factores relacionados con la pérdida involuntaria de orina hay muchos, como el sedentarismo, el estrés, la obesidad, la hipertensión arterial, ser madre de varios hijos e hijas, o la menopausia.

Además existen otras enfermedades que tienen relación con algún tipo de incontinencia, como males hepáticos, coronarios o la diabetes mellitus.

De acuerdo a estudios realizados en España, el 50 por ciento de las afectadas por pérdidas de orina padecen depresión; el 41 por ciento insomnio y el 33, ansiedad.

Por otra parte, un estudio de la Sociedad Internacional de Incontinencia (ICS), practicado en más de cuatro mil 500 mujeres entre los 18 y los 65 años de edad determinó que un tercio de ellas presenta algún grado de incontinencia por esfuerzo.

El urólogo de la Clínica Las Condes de Santiago de Chile, Humberto Chiang, explica que existen varios tipos de incontinencia urinaria y su presencia puede responder a múltiples factores y otras enfermedades asociadas, pero en el caso de las incontinencias que afectan a las mujeres, generalmente se presentan dos: la incontinencia urinaria por esfuerzo tipo II y la incontinencia por urgencia.

La primera está relacionada con problemas de la laxitud de los tejidos que sostienen la vejiga y que dejan pasar orina ante un esfuerzo (tos, estornudo, salto). La segunda tiene que ver con problemas de hiperactividad de la vejiga o bien con el mal cierre del esfínter uretral, (como una llave que no cierra bien y gotea).

«La obesidad, el embarazo y los partos tienen que ver con la laxitud de los tejidos y la disminución del estrógeno causa daño en los tejidos y deterioro en la riqueza de la sub mucosa de la uretra, arterias y venas que forman una especie colchón que hace el efecto de sello de presión en la uretra que cuando falla comienza a gotear», dijo Chiang.

El doctor César Sandoval, jefe de la unidad de Reconstrucción de Piso Pélvico Femenino del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, señala que las incontinencias urinarias están también relacionadas con la distensión del «piso pélvico», una serie de músculos que sostienen la uretra, la vejiga, el útero y el recto, sobre todo después de los 40 años.

Sus cifras aseguran que al menos el 80 por ciento de las mujeres con incontinencia tienen el riesgo de tener otras disfunciones del piso pélvico.

Del ejercicio a la cirugía

Ambos profesionales coinciden en que antes de definir que tipo de incontinencia padece la mujer, se requiere de una buena historia clínica de la paciente y algunos exámenes específicos que den cuenta clara del funcionamiento de los órganos que están relacionados con la pérdida de orina.

Los tratamientos para cada incontinencia son variados y no siempre se requiere de la cirugía.

El doctor Chiang considera que en el caso de la incontinencia urinaria por esfuerzo (IUE) existen algunos ejercicios para mejorar la tonicidad de los músculos del piso pélvico como una primera parte del tratamiento.

Para ello, existen kinesiólogas y especialistas en el trabajo muscular del periné que enseñan a las pacientes a contraer y relajar estos músculos, con lo que también se fortalecen los circuitos nerviosos que controlan esos músculos.

Se cuenta con equipos especiales para realizar estos ejercicio que miden la contracción muscular y que la incitan mediante impulsos eléctricos.

La cirugía se deja como última opción en el caso de la IUE. Hoy existe una moderna cirugía en la que se coloca una cinta de material sintético por sobre la uretra que evita la expulsión de orina.

A juicio de Sandoval, la operación u otros tratamientos de incontinencia urinaria no dejan a una paciente absolutamente seca o sin posibilidades de escape de orina involuntaria en algunas ocasiones, pero sí se mejora ostensiblemente la calidad de vida de la paciente.

2004/GV/SM

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