Treinta años de contaminación del río Santiago, en Guadalajara, ha dejado una población que sufre y muere constantemente por enfermedades como el cáncer y leucemia en dos municipios de esta ciudad capital del oriente mexicano: El Salto y Juanacatlán.
Durante los trabajos del Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA), en su tercera audiencia pública, diversos representantes de Asociaciones civiles de Jalisco denunciaron que el río Santiago recibe las descargas de aguas residuales del corredor industrial El Salto, ubicado en la zona metropolitana de Guadalajara, mediante la presa El Ahogado y de otras poblaciones por donde atraviesa.
Por ello, estas asociaciones demandaron a través del TLA la intervención de las autoridades federales, Secretaría de Medio Ambiente y Recurso Naturales, y estatales como la Secretaría de Salud del estado de Jalisco y al gobierno de Guadalajara, ya que explicaron que las emanaciones tóxicas provenientes de este río, han expuesto a la población de Juanacatlán y El Salto a serios problemas sanitarios por la contaminación de ácido sulfhídrico.
Según los testimonios presentados en el TLA, que inició sus trabajos el lunes pasado en esta ciudad, pobladores de la zona –mujeres, niñas y niños sobre todo? han fallecido por enfermedades como cáncer y leucemia, y los contaminantes del río les han causado otros padecimientos como afecciones gastrointestinales, insuficiencia renal y dermatitis alérgica.
«El olor emitido por el río es insoportable y la contaminación ha generado el creciente aumento de la presencia de mosquitos en la población», expusieron. Además, la espuma que brota del río causada por la cantidad de contaminantes que tiene, alcanza los 20 metros de altura.
El doctor de la comunidad, Francisco Parra Cervantes, señaló ante el Tribunal que diversos estudio realizados por instituciones y laboratorios demuestran la presencia de tóxicos en el río tales como cromo, mercurio, plomo, arsénico y manganeso, «este último puede catalizar y activar el efecto nocivo de los metales anteriormente mencionados en los seres vivos».
Y subrayó que es el ácido sulfhídrico el que más prevalece en la localidad, el cual puede provocar con la exposición permanente, daños al sistema nerviosos central, irritación de la mucosas de los ojos, nariz, garganta, bronquios y piel. «Tiene un efecto sistémico similar al cianuro, que impacta al cerebro y al pulmón», explicó.
En ese sentido, el especialista informó que un estudio realizado a la escuela primaria Mártires de Santiago, ubicada a 100 metros del río, reveló que las y los niños expuestos a los contaminantes de río se enferman 3.7 veces más que aquellos que no lo son, ya que tienen mayor capacidad pulmonar y saturación de oxígeno.
MEDIDAS Y RESPONSABILIDADES
Por su parte, Raquel Gutiérrez Nájera, una de las representantes legales de las asociaciones denunciantes, señaló ante el TLA que la falta de certeza científica ante los estudios realizados al río Santiago «no es una razón que exonere al gobierno mexicano y al de Jalisco para controlar los efectos de los contaminantes a la salud».
Además, dijo, el gobierno federalno está aplicando el principio precautorio respecto a la situación de riesgo de la población del Salto y Juanacatlán, por lo que el estado de Jalisco está incumpliendo su obligatoriedad constitucional de garantizar los niveles mínimos de bienestar social y de salud en dichas comunidades.
Al respecto, agregó Gutiérrez, «el gobierno mexicano ha sido omiso aún cuando las autoridades estatales han reconocido la complejidad del caso del Salto y Juanacatlán».
Explicó, además, que la Ley General de Salud prevé que cuando hay una situación extrema de daños a la salud por deterioro de los ecosistemas ambientales, a través de su Consejo de Salubridad General para la Protección de Riesgos Ambientales, se debe actuar para controlar la salud de la población.
Por ello, solicitó al TLA que se pronuncie para que haya una política de cero descargas al río Santiago por parte de las empresas responsables.
También pidió que la Procuraduría Federal del Medio Ambienteque (Profepa) «exhorte a la instalación de un programa de inspección permanente» para las descargas al río Santiago y avise diariamente a la población que se está midiendo la calidad de las aguas del río Santiago.
Pidió también al TLA que se pronuncie para que el gobierno del estado, el federal y el municipal se constituyan para formar el Fondo de compensación ambiental para las poblaciones de Juanacatlán y el Salto.
Dicho fondo, especificó, debe manejar los cobros incluidos en el recibo de pago de este recurso hídrico para el saneamiento de las aguas, pendiente aún, y que se vigile que esta cuota se destina a sanear el agua.
NO ES NUESTRA RESPONSABILIDAD, SS
Luego de comparecer la parte demandada, y a petición de las asociaciones civiles y público en general, subió a tribuna el representante de la secretaría estatal de Salud, Francisco Javier Paredes, quien se sometió a un exhaustivo interrogatorio por parte del jurado del tribunal.
En todo momento, Paredes se mostró evasivo a los cuestionamientos realizados por el TLA.
Paredes se limitó señalar al tribunal que no es responsabilidad de la Secretaría de Salud del estado atender aquellos casos de enfermedades provocadas por daños al medio ambiente.
Al final, Philippe Texier, presidente del jurado contestó: «Tengo una impresión desagradable, vimos este río, sentimos el olor que hay en la zona y la reflexión de sentido común que tendría cualquier persona es: uno, este río esta totalmente contaminado, dos, los que lo contaminaron tienen responsabilidad y tres los que no hacen nada también tienen responsabilidad, eso, es sentido común».
07/HVR/CV
