El New York Times (NYT) avizora una fuerte confrontación en torno al proyecto de ley migratorio en el Senado, antes de alcanzar una «mejora» del mismo.
En su editorial de hoy, titulado «Make a Bad Bill Better», el NYT precisa que la lucha migratoria del 2007 está moviéndose, desde el Senado en Washington, a todo lo largo del continente. Y al tomar el Congreso una semana libre, indica el rotativo, es tiempo para las y los electores de sopesarlo. El debate será fuerte antes de ser mejor, sentencia.
El problema con las restricciones que implica el proyecto es serio y vasto. Se traza un camino para la ciudadanización de 12 millones de indocumentadas e indocumentados, un triunfo «raro» desde el sentido común, pero que implica condiciones «crueles», como una multa dura y alta de 5 mil dólares.
Incluye también un punto de regreso para las y los migrantes, un «touchback» a sus países de origen, como requisito. Es como una peregrinación para limpiarse de la ilegalidad. E impone un sistema de méritos o condiciones improbables de cumplir para las y los miembros de las familias que puedan emigrar.
Y a las y los trabajadores huéspedes, dice el NYT, se hace un llamado para que trabajen duro temporalmente en una «absurda» contratación de «hokey-pokey», es decir, dos años dentro y un año fuera, con una repetición de dos veces y luego vete a casa para siempre.
Esto podría significar una masiva marca de servidumbre, como en los tiempos coloniales, pero sin ninguna esperanza de ciudadanía para quienes obtengan los más difíciles y despreciables trabajos.
Los que quieren que este proyecto sea mejor, están «horriblemente conflictuados», con emociones diversas. Por un lado, enfrentan a quienes se oponen ferozmente a las restricciones de sus derechos, por el otro programas radiales hablando de «amnistía» y con llamados en su contra expresados con «todo el odio» posible.
El proyecto ha sobrevivido a un sin fin de intentos de desecharlo, incluyendo una enmienda que intentó una sección opositora y muy categórica en el Congreso contra la legalización.
Pero se hacen esfuerzos, explica el diario, para que el proyecto del Senado sea mucho mejor.
El NYT precisa que el proyecto del Senado es repelente en muchos de los aspectos. Sus fragantes propuestas están llenas de caminos envenenados. Pero también, aclara, es bipartidista. Hay medidas que se pueden compensar.
Un buen proyecto puede surgir si la mayoría de legisladores, con el empuje de la Casa Blanca y de todas y todos los norteamericanos, con todo y el daño que ha causado la línea dura en el debate, hacen un llamado para unirse realmente, con justicia y decencia.
Los defensores de una reforma migratoria comprensiva que este proyecto no es dice el diario «no deben de darse por vencidos en la pelea».
Conmina el diario a las y los norteamericanos para que vean de cerca lo que se está ofreciendo, e imaginen qué país extraño podría ser si este proyecto pasa tal cual es, o bien, si esta estructura pasa a ser severa, o si se inclina hacia la izquierda.
Nosotros fortaleceremos a Norteamérica, explica el editorial, blindaremos nuestra frontera sur y nada detendrá ese proceso, revisaremos cuidadosamente a los que hagan méritos para poder entrar, nos enorgulleceremos de nuestra clase de siervos, checando sus identificaciones, atacaremos a los centros de trabajo y llenaremos los centros de detención. Quienes están contra la amnistía se sentirán complacidos.
Pero esa no será la América que nosotros queremos y que nos haga sentir orgullosos.
07/LPB/GG/CV
