Ante el impacto que el cambio climático tiene en la vida de las mujeres rurales de Perú, organizaciones feministas demandaron que las políticas estatales para el campo contemplen la igualdad de oportunidades con enfoque de género, y el respeto a las culturas indígenas.
En un comunicado de prensa, las agrupaciones señalaron que las políticas públicas en la materia deben de considerar el impacto diferenciado que tiene el cambio climático, ya que agrava las desigualdades sociales y de género al impedir a las mujeres rurales el disfrute de sus Derechos Humanos (DH).
En semanas recientes se realizaron en Perú dos foros públicos en los que participaron agricultoras de la zona sur andina del país (Arequipa, Apurímac, Cusco y Puno) y de las regiones del norte (Cajamarca, La Libertad, Lambayeque y Piura).
De los encuentros surgieron dos agendas independientes con propuestas similares de políticas públicas frente al cambio climático, las cuales fueron presentadas ante autoridades regionales, representantes civiles y medios de comunicación.
En el comunicado, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, organización feminista con más de 30 años de trabajo en favor de los derechos de las mujeres, indicó que el cambio climático es un fenómeno mundial que impacta mucho más a las mujeres en su calidad de vida al incrementar la pobreza, poner en riesgo su salud física y mental, y agravar las desigualdades sociales y de género, afectando así el pleno ejercicio de sus DH.
Las mujeres señalaron que el cambio climático ha empeorado su salud y la de sus familias, trayendo consigo el incremento de la desnutrición de niñas y niños, enfermedades respiratorias, diarreicas y de la piel.
A pesar de la gravedad, los servicios de salud son deficientes y carecen de medicinas, trayendo como consecuencias las muertes maternas e infantiles. «Mientras que nuestros riñones y ovarios se inflaman en forma constante porque trasladamos el agua de lugares cada vez más alejados», acusaron.
Las mujeres agregaron que en materia de educación está disminuyendo la permanencia de sus hijas en las escuelas porque son las que las apoyan a cumplir con las recargas laborales, y cuando logran mantenerse en la escuela su rendimiento es deficiente por la desnutrición y poco descanso.
En materia de vivienda denunciaron que ésta es precaria y están en riesgo de desplomarse ante las lluvias intensas, vientos huracanados o fuertes granizadas. «Vivimos en constante temor ante el riesgo de avalanchas, y pasamos frío porque no nos protegen de las heladas», afirmaron.
Las mujeres campesinas e indígenas solicitaron que las autoridades locales y regionales construyan o mejoren la infraestructura de riego, garanticen la participación de las mujeres en los sistemas de riego tecnificado, y fomenten obras de revestimiento de los canales de riego y defensas ribereñas.
Sobre la producción agrícola y su comercialización, pidieron que las autoridades locales y regionales, a través de las Gerencias de Desarrollo Económico, implementen programas de capacitación y asesoramiento técnico a productoras y productores en prácticas ecológicas de control de plagas y enfermedades.
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