La mujeres esperarían que los discursos de las candidatas a la Presidencia de Guatemala fueran reivindicativos de sus derechos, sin embargo hay un retorno a los roles tradicionales a pesar del aumento en la participación política femenina, declaró la ex candidata a la Vicepresidencia Walda Barrios.
En una entrevista publicada en Prensa Libre, la socióloga rural y especialista en temas de género calificó como paradójico que mientras más mujeres participan en las campañas de cara a los comicios generales del próximo 11 de septiembre en el país centroamericano, las demandas de las guatemaltecas no son tomadas en cuenta.
«Siempre se dijo que con más mujeres habría la intención de romper estereotipos de la esposa, madre abnegada al servicio de los hombres y en la actual campaña eso no está sucediendo», advirtió la feminista.
De nueve aspirantes a la Presidencia, tres son mujeres: la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú (Coalición Frente Amplio), Sandra Torres (Alianza UNE-GANA), y Patricia de Arzú (Partido Unionista).
Walda Barrios criticó la campaña de la esposa del ex presidente de Guatemala y actual alcalde de la capital del mismo nombre, Álvaro Arzú, quien en su propaganda se presenta como «la esposa de» y aparece bajo la sombra de su marido y su discurso es «exageradamente conservador y religioso al grado de romper con el Estado laico».
En el caso de Sandra Torres, la experta la definió como una líder «con poca formación política y con un discurso alejado de la reivindicación de la equidad de género». Lamentó que en su propaganda electoral use la frase «Sandra presidente», cuando el cargo puede usarse en femenino.
Barrios, quien aspiró a la Vicepresidencia en el 2007 por la ex guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), observó que el voto de la provincia «es emotivo e impredecible», por lo que algunos partidos políticos se dan a la tarea de acarrear electores el día de los comicios, «pero corren el riesgo que la gente no vote por ellos».
«DISCURSOS TEOCRÁTICOS»
Por separado, la también socióloga Ana Silvia Monzón alertó que este proceso electoral es «confuso», toda vez que los «discursos teocráticos» de candidatas a la Presidencia, como Patricia de Arzú, ponen en riesgo los espacios ganados por las mujeres.
Abundó que ya se ve que hay un abismo entre la letra y la realidad, pues «los poderes de siempre quieren a las mujeres quietas y calladas», sujetas al destino de la maternidad y sin posibilidades de decidir sobre sus cuerpos.
El analista Francisco Cabrera dijo que las y los candidatos han dejado fuera de sus discursos y planes las luchas históricas no sólo de las mujeres, sino también de los grupos minoritarios, entre ellos de la diversidad sexual.
El especialista se refirió al reciente foro de candidatos convocado por la Conferencia Episcopal de Guatemala, donde la mayoría de aspirantes ignoró los espacios ganados por mujeres, jóvenes, adolescentes y niñas y niños.
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