Lloroso, el padre de Francisca, el señor Agustín Martínez Gómez, cuenta «yo sabía, me daba cuenta que durante mucho tiempo sufrió mi hija con él, que siempre la andaba golpeando».
Tirada en el suelo, en su humilde vivienda, fue encontrada sin vida Francisca Martínez García, mujer tzotzil, quien nunca denunció la violencia de su cónyuge.
Presentaba golpes y lo más grave, una herida de machete a la altura del abdomen, lo que le quitó la vida. Hechos ocurridos el pasado domingo por la mañana en Venustiano Carranza.
Francisca madre de tres hijos, falleció en Tuxtla Gutiérrez, cuando era atendida en el Hospital Regional, producto de las graves heridas del machete.
«Yo siempre le decía que mejor lo dejara, pero nunca lo quiso dejar, no sé si porque le daba miedo que la fuera a matar, no sé, no lo dejó, hasta que la mató», cuenta su padre,quien acudió al DIF Chiapas en busca de apoyo para poder llevarse el cuerpo de su hija y darle sepultura.
El DIF Chiapas, por gestiones de la Fiscal Especial y la Procuraduría para la Protección y Defensa de los Derechos de las Mujeres, realizaron las gestiones. A los deudos se les facilitó el traslado del cuerpo a su tierra natal así como la donación del féretro.
El padre de la extinta Francisca cuenta que fueron a su casa para avisarle de los hechos ocurridos. Inmediatamente fue con el agente municipal, quien juntó a la policía y se dispuso a buscar a Mario, «pero cuando llegamos a la casa ya se había escapado, lo que hicimos es levantar a mi hija y llevarla a la Clínica de Carranza, y de ahí la mandan a Tuxtla.»
– ¿Cómo la encontró?, le preguntamos.
– Botada, ahí estaba botada. Estaba herida a la altura del estómago. El machete lo levantó la autoridad y se lo llevó para Carranza.
Arrastrando el peso de los años, con una pequeña bolsa de plástico, de huaraches, sombrero, camisa de manga larga de cuadros grandes y pantalón de mezclilla negro, don Agustín Martínez Gómez, campesino de Venustiano Carranza, cuenta que cuando la gente del pueblo se enteró que su hija había muerto, buscaron al marido para detenerlo, pero éste había huido
Francisca, de 54 años de edad, tenía 8 años viviendo con Mario, pero vivió una vida de golpes, cuenta su padre.
Los hombres golpeadores «merecemos ir a prisión. Estar en cerrado por ser malos con la mujer». Y a él (esposo) que lo encierren y ya no lo dejen salir, pide el padre de la extinta Francisca quien deja en orfandad a un niño y dos niñas.
A las mujeres, dice don Francisco, «que denuncien al hombre que sea malo, para que lo castigue, antes de que la mate, y para que ya no sigan pasando estas cosas».
María Gertrudis Hernández Hernández, procuradora para la Defensa de las Mujeres, quien brindó la asesoría necesaria a la familia para el traslado del cuerpo, pidió al Ministerio de Justicia estatal que le pongan una sentencia mínima de 20 años ó 40 años.
«Y clamo justicia para las mujeres, que ya no sean más maltratadas, que las mujeres denuncien que no se queden con la angustia de que la van a matar, que no las sigan amenazando que le van a quitar los niños, quiero que se haga la justicia», comenta don Francisco.
El fallecimiento de Francisca es la primera muerte de violencia feminicida que se registra oficialmente en Chiapas.
08/CR/CV