Aunque la agroindustria es una tarea que ha sido estereotipada como masculina, en Guatemala más de 137 mil mujeres participan en la producción y venta de frijol, maíz, arveja china, habas, cebollas, remolachas, naranjas, manzanas y papayas, entre otros.
De acuerdo con un reportaje de la Revista Amiga, algunas de las mujeres siembran para su autoconsumo, su cosecha es el sustento de sus hijas e hijos, pero otras logran vender parte de la producción a precio mínimo.
De acuerdo con Zindy García, presidenta de la Asociación de Mujeres para el Desarrollo Comunal (Ademuc) de Sololá, su trabajo inicia a las seis de la mañana cuando después de preparar el desayuno toman el azadón y salen al campo a sembrar por tres o cuatro horas.
Según García, como la tierra no alcanza, ellas rentan otras áreas anualmente, al regresar a sus casas preparan el almuerzo para luego reunirse por la tarde en clases y capacitaciones.
Ademuc aglutina aproximadamente a 22 mujeres, quienes cosechan principalmente para su consumo, pero en ocasiones llevan algunos productos al mercado de la localidad.
La mayoría de ellas se ha dedicado a la agricultura desde que tienen uso de razón y han tenido que tomar las riendas del hogar pues son parte de las huérfanas y viudas que dejó el conflicto armado interno en Guatemala.
Según la información, después de la tormenta Stan en el 2005, Emilia Orozco, una de las lideresas, fue invitada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para recibir algunas capacitaciones en proyectos productivos.
Orozco subrayó que la estrategia de apoyo a las mujeres es especial porque ellas tuvieron que asumir el compromiso de alfabetizarse.
Enfatizó que aunque la tarea ha sido difícil pues muchas de ellas tienen hasta 52 años de edad, se reúnen todos los días en un salón de paredes de adobe con pizarra, donde además de aprender a leer y escribir fabrican un jarabe natural contra la tos flemosa y a preparar abono orgánico, además se han capacitado para inyectar pollo, ovejas y cerdos, pues también son productoras pecuarias.
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