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Ratificación o nueva presidencia de la CNDH

Por Leticia Burgos Ochoa

Vivimos momentos difíciles y de enorme debilidad de las instituciones del Estado Mexicano. El Senado de la República se encuentra ante la disyuntiva de asumir cabalmente su papel de representante de la sociedad mexicana, de promotor de la construcción de una plena ciudadanía y de su democracia o asumirse en el marasmo en el que se encuentran varias instituciones del Estado Mexicano.

En los dos meses se habrá de resolver la ratificación o renovación de la Presidencia de la CNDH, hoy, bajo la dirección del Dr. José Luis Soberanes. Cabe mencionar que es la primera vez que el ombudsman concluye su período al frente de esta Comisión: (el Dr. Jorge Carpizo y el Lic Jorge Madrazo fueron retirados de la CNDH antes de que concluyeran para luego ocupar el cargo de Procurador General de la República; la doctora Mireille Rocatti no concluyó, recurrieron a un procedimiento que dejó dudas su legitimidad).

Hoy, no podemos permitir que ello suceda. Toca al Senado de la República, a nadie más, recoger la opinión de la sociedad, evaluar la tarea realizada por el actual Presidente y ponderar con cuidado cuál es la mejor opción para el período 2004-2009. Se ratifica o se renueva la presidencia.

Debemos recordar que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, junto con el Instituto Federal Electoral, son las dos instituciones con las que cuenta el Estado Mexicano para establecer puentes y estructuras sólidas en el proceso de consolidación de la democracia que estamos viviendo en nuestra República. Son nuestra garantía de legalidad y vigencia de los derechos humanos; también la selección de quien ha de dirigir esta institución, no puede, no debe estar empañada por la duda y el escepticismo.

Por ello, el diálogo y la participación ciudadana son parte fundamental de este proceso de selección. Lo debemos tener muy presente, pues es la ciudadanía quien sufre las violaciones en sus derechos humanos, no son las autoridades no son las instituciones del gobierno, son los hombres y las mujeres que luchan por un México digno; son pues los ciudadanos y las ciudadanas quienes los defienden en la lucha cotidiana, los más calificados para señalar que tipo de Ombudsman, qué tipo de defensor del pueblo debe tener nuestro país.

Desde hace algunos meses las Organizaciones de la Sociedad Civil y personalidades defensoras de los derechos humanos, reclaman ser escuchados para dar su opinión sobre el procedimiento, para dar su evaluación sobre los cinco años que concluyen y para señalar el perfil de quien ha de ocupar el cargo durante el próximo período.

El artículo 102, apartado B de la Carta Magna y el artículo 10 de la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, nos dictan las bases a seguir y es la interpretación de cómo han de traducirse esos preceptos en un procedimiento transparente y democrático, lo que depende en gran medida la legitimidad del proceso. Es cierto que toda ley se interpreta, pero la interpretación que se haga no debe dejar lugar a la suspicacia y a la duda sobre la legitimidad del procedimiento a seguir.

La única forma de impedirlo, es escuchar con atención a la sociedad civil, organismos de protección de derechos humanos, a personas que con su voto, nos colocaron en el escaño que ocupamos para hacer oír sus opiniones en procesos tan delicados como este.

El compromiso ético del legislador es enorme, ya que tenemos la oportunidad de analizar y evaluar la actuación de la actual Presidencia y esta tendrá que ser condición para su ratificación, el camino a seguir lo debe dictar el interés de la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Ningún otro interés debe prevalecer, ni de ningún grupo, ni de partidos, sólo la vigencia de los derechos humanos y el fortalecimiento de una cultura nacional por esta vigencia debe estar en la mente de cada uno de nosotros, al momento de escuchar con atención las opiniones que nos darán tanto la sociedad civil y para normar nuestra propia determinación.

El Senado de la República es el responsable de la legalidad del procedimiento y, por lo tanto, de la elección legítima de quien estará al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a partir del 15 de noviembre próximo. No nos equivoquemos, apostémosle a la transparencia, al fortalecimiento de las instituciones y de la democracia.

*Senadora del PRD y presidenta de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez de la Comisión de Desarrollo Social.

2004/LB/LR/SM

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