El país ha perdido una gran oportunidad para frenar el asesinato de mujeres: el partido en el gobierno se aprovechó de su mayoría en el Congreso para no admitir la propuesta presentada por la oposición a fin de crear una ley contra la violencia de género.
El resto de los partidos votó en favor del consenso ante un problema que debe de ser considerado como una cuestión de Estado para luchar con toda la contundencia que otorga una ley.
Los bancos azules que ocupan los miembros del gobierno, vacíos, a excepción de la presencia de Álvarez Cascos, ministro que ha demostrado su nula sensibilidad hacia la dignidad de las mujeres.
Las diputadas de izquierda (PSOE-IU) ostentaban las pegatinas con el lema Ley integral contra la violencia a las mujeres, distribuidas por las organizaciones que componen la Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género y que han contribuido a redactar la propuesta de ley que ha sido rechazada.
Las representantes de las organizaciones fueron desalojadas del parlamento por mostrar su protesta e indignación al resultado de la votación, aunque desde el hemiciclo recibieron aplausos de algunos diputados y diputadas.
En las puertas del Congreso de los diputados, un nutrido grupo de mujeres se concentraba con pancartas y eslógan contra las medidas insuficientes del gobierno, recordando a las 52 víctimas que el último año se ha cobrado el terrorismo doméstico: «La violencia de género», reclamaban, «también es terrorismo» y debe ser tratada como una cuestión de Estado.
Micaela Navarro, responsable de Igualdad del Partido Socialista Obrero Español, defendió la necesidad de una ley para atajar un problema social que supone un atentado contra los derechos humanos.
La diputada defendió que ni los hombres ni las mujeres son culpables de la violencia de género pero que entre todos hemos de encontrar la solución para que las mujeres puedan ejercer una verdadera libertad.
La diputada de Izquierda Unida y militante feminista, Marisa Castro, protagonizó una encendida defensa de la ley porque «las mujeres nos merecemos un pacto de Estado». Castro retó al Partido Popular para que les explicara al resto de los grupos por qué rechazarían la propuesta, y adelantó que sería mucho más difícil explicárselo a sus propias hijas.
Las organizaciones feministas seguirán trabajando para lograr una ley integral: ahora iniciarán una campaña informativa en mercados y otros lugares públicos para llegar a las ciudadanas y ciudadanos y entrevistarse con los responsables políticos para acabar con la tragedia de la violencia contra las mujeres.
*Integrante de Mujeres en Red
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