Inicio Reconocer al cuerpo como un todo, propuesta de la integración postural

Reconocer al cuerpo como un todo, propuesta de la integración postural

Por Carolina Velásquez

Una propuesta de trabajo corporal de nombre parecido al propuesto por Ida Rolf –rolfing o integración estructural– se difundió por el mundo en la década de los 70, la integración postural. Su creador fue el estadounidense Jack Painter a partir de una búsqueda personal, que inició siendo maestro de filosofía, de toma de conciencia de sus sentimientos y cuerpo.

Su malestar por la forma como se percibía, músculos agarrotados y tensos con dolores y calambres crónicos, lo fue llevando por un interesante recorrido por distintas formas de trabajar el cuerpo. Inició con actividades deportivas (natación, tenis, básquetbol, levantamiento de pesas), siguió con hata yoga, hasta encontrarse con el rolfing, la terapia reichiana y la Gestalt.

La integración estructural de Ida Rolf llamó su atención al escuchar que era una técnica revolucionaria, a través de la cual un terapeuta podía enderezar «cuerpos torcidos» aplicando profundas y dolorosas manipulaciones en el cuerpo del paciente.

Esta fue, como él mismo lo ha declarado, su introducción al trabajo corporal, un campo de disciplinas muy amplio hoy en día que busca transformar al ser humano en su totalidad a través de métodos y técnicas directas en el cuerpo físico.

Al mismo tiempo que vivía su experiencia en rolfing, Painter se encontró con la terapia reichiana, creada por Wilhelm Reich. Respecto a esta experiencia de combinación de dos propuestas que marcaron su vida cuenta.

«Mientras mi terapeuta de rolfing se ocupaba principalmente de mi alineamiento físico con la gravedad (dejando que las emociones resultantes siguieran su curso) el reichiano empleaba el trabajo corporal para ayudarme a liberar y poner fin a sentimientos bloqueados» (Integración postural o como liberar tensiones emocionales y físicas trabajando con un masaje profundo en el cuerpo, 1990)

Sin embargo algo faltaba, dice Painter, aun cuando la suma de estas propuestas le permitieron alcanzar momentos profundos de relajación no lograba sentir que su postura tuviera una verticalidad natural. Más tarde, probó con terapia Gestalt –desarrollada por Fritz Pearls– y aunque consiguió integrar sus «emociones conflictivas» con esta propuesta su insatisfacción con los resultados continuaba: «Era un instrumento para lograr una mayor integración emocional y yo sentía que en parte se le descuidaba».

Lo que más llamaba su atención era la forma como se vivía, con una separación entre su cuerpo y la mente. ¿Cuál fue la principal reflexión de Painter con relación a esto? Nos dividimos primero en mente y cuerpo y luchamos en vano para volvernos a unir, señala al hablar de esta etapa de su vida. «Digo en vano porque somos una unidad, un cuerpo-mente que necesita ser reconocido y aceptado como tal (integrado), no que se le trate de unir (como suma de partes)».

Sobre su propuesta, la integración postural, hablaremos en las próximas entregas.

* Periodista mexicana y terapeuta Gestal
[email protected]
06/CV/LR

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