Aquellos senadores que «representan» a los trabajadores, Joel Ayala, Netzhualcóyotl de la Vega y Ricardo Aldana, quienes votaron a favor de la reforma y pretenden justificar su voto con el argumento de que no se afectarán los derechos de la planta laboral del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), acaso se les olvida que tanto la seguridad social, incluidos los derechos de una pensión y una jubilación son derechos humanos, que los países como México están obligados a garantizar de manera efectiva y progresiva.
Con la reforma al régimen de jubilaciones y pensiones del IMSS, si bien es cierto el régimen actual no se modifica, sí se verá afectado el colectivo social de las y los trabajadores al vulnerase sus derechos humanos, sus derechos laborales consagrados en el derecho internacional y en el artículo 123 de nuestra propia Carta Magna.
La negociación colectiva es un derecho humano de las y los trabajadores, en este caso del IMSS, inseparable del derecho de libertad sindical. El Estado Mexicano está obligado a respetar este derecho que le asiste a la clase trabajadora en nuestro país y el Partido Acción Nacional (PAN) y la mayoría del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de la República lo ha vulnerado.
Los que votaron a favor de la reforma lo saben, le han dado la espalda a sus representados, se han colocado del lado de quienes trabajan desde el gobierno a favor de los intereses empresariales, desde hace más de dos décadas por seguir imponiendo las políticas de ajuste estructural dictadas por los organismos financieros internacionales el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a nuestro país.
Una mayoría PRI-PAN en el Poder Legislativo es claro que le han hecho la tarea al gobierno del «cambio» que ahora recrimina a los que votamos en contra, en vez de colocarse por encima de intereses particulares como los representados en la reforma al IMSS, pone al descubierto una vez más, para quién trabaja el Presidente de la República, pues es claro, para la clase empresarial que al final de cuentas es el beneficiario directo de estas medidas anticonstitucionales.
Estos son los verdaderos compromisos del cambio, acabar con la seguridad social solidaria, justa y distributiva, acabar con el sindicalismo, con la bilateralidad, vulnerar los derechos humanos de los trabajadores y de las trabajadoras, no sólo del IMSS, está claro que el embate es contra la clase trabajadora.
La solidaridad y la unidad de la clase trabajadora para resistir y revertir la tendencia privatizadora de la seguridad social es una acción ineludible y sin regateo que apoyaremos para defender los derechos humanos de las y los trabajadores del IMSS y del país.
*Senadora del PRD y presidenta de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez de la Comisión de Desarrollo Social.
2004/LB/GV/SM
