Las articulaciones, redes y campañas feministas de América Latina y el Caribe, reunidas en Montevideo, Uruguay los días 29, 30 y 31 de marzo de 2007 para debatir la Reforma de la ONU y una posible nueva Agenda para las Mujeres, informaron a través de un comunicado su postura respecto de estas temáticas, según la Red Informativa de Mujeres de Argentina, Rosario, Santa Fe, Argentina (RIMA).
Las feministas latinoamericanas expresan que la ampliación de la normatividad existente en derechos humanos y ciudadanos es producto del esfuerzo de mujeres y hombres desplegados en los diferentes espacios, conferencias, comisiones y cumbres internacionales.
Estas agrupaciones han sido actoras del esfuerzo por democratizar y ampliar los contenidos de la normatividad global que han negociado, como actoras legítimas, en los diferentes espacios de Naciones Unidas, por ello, el futuro de esta instancia de gobierno global, les incumbe y compromete.
Naciones Unidas está en profunda crisis de legitimidad, entrampada en intereses geopolíticos, económicos e ideológicos particulares de fuerzas antidemocráticas y belicosas. Por ello, es necesario refundar las Naciones Unidas, expresan las feministas.
«Queremos una organización de Naciones Unidas unificada en su aspiración democrática y profundamente diversa en los intereses democráticos que acoge y que explicitan las distintas realidades sociales, económicas, culturales y sexuales en las que transcurren las vidas de los pueblos», comentan las agrupaciones feministas.
Los deseos de estas agrupaciones pretenden que la ONU contenga una mirada democrática común y basada, al mismo tiempo, en el reconocimiento de la diversidad.
En cuanto al tema de la Agenda para las Mujeres, las feministas comunican que los derechos y compromisos que conquistaron en Naciones Unidas a través de la CEDAW, Tratados, Convenciones, Cumbres y Conferencias Internacionales han sido un piso fundamental para el avance de la agenda hacia la equidad de género y la lucha por los derechos de las mujeres.
Luchamos en cada una de ellas por ampliar la justicia social y de género, una de cuyas consolidaciones mayores está en la Plataforma de Acción de Beijing. Los gobiernos niegan o eluden su responsabilidad, poniendo en el centro de sus compromisos a las Metas del Milenio, que están dirigidas a la rendición de cuentas de los países menos favorecidos, pero no modifican las estructuras de poder de los países privilegiados, comentaron feministas.
Los grupos reunidos en Montevideo se manifiestan por una institucionalidad de género en cada país que impulse, proponga, monitoree y cuide de la agenda de los derechos de las mujeres y garantice la necesaria transversalización en el Sistema de las Naciones Unidas.
«Nos pronunciamos a favor del fortalecimiento de una arquitectura de género que articule el trabajo de todas las instancias existentes, con interlocución con las esferas al más alto nivel y con capacidad de rendición de cuentas a la propia institución, a los gobiernos y a las ciudadanías», comentan.
Estas organizaciones mantendrán una articulación vigilante frente a las posiciones de gobiernos en el debate de reforma de Naciones Unidas y estarán en permanente disputa por ampliar las prácticas y la institucionalidad democrática a nivel regional, nacional y local.
En este proceso, las alianzas con las feministas de otras regiones son fundamentales, tanto por la riqueza que traen los diferentes posicionamientos para la elaboración de agendas y prácticas globales más complejas, como por la fuerza de una articulación global feminista.
El reto para la construcción de un mundo democrático es un desafío que nos involucra a todos y en esta búsqueda estamos comprometidas. Ni un paso atrás, concluyen las asociaciones feministas.
07/AL/GG
