Inicio «Resistan», dice Trinidad del Valle a su familia perseguida

«Resistan», dice Trinidad del Valle a su familia perseguida

Por Lourdes Godínez Leal

Trinidad Ramírez del Valle tiene una hija y un hijo perseguidos por el Estado, uno más preso en el penal de Santiaguito y su esposo está condenado a 67 años de prisión.

Por eso, su vida dio un vuelco: dejó atrás las labores domésticas para enfrentarse al activismo y continuar con la lucha que le «heredó» uno de los líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), Ignacio del Valle, su esposo.

Trinidad comienza su jornada de actividades a las 5 de la mañana, primero la casa, luego las conferencias, mítines, marchas, plantones, foros y todo lo que se pueda para seguir denunciando, peleando, clamando por la justicia para su pueblo y su familia.

«Pues mi día termina como a la 1 ó 2 de la mañana, a esa hora me acuesto, pero sólo puedo dormir tres o cuatro horas porque tengo muchos sueños, a veces sueño que tengo a mi familia conmigo, otras que están muy lejos y no los veo».

Trini, como todos la llaman en su comunidad, es originaria de San Salvador Atenco, donde conoció a su esposo Ignacio con quien tuvo tres hijos: América, César y Ulises, lamenta que su familia haya sido desintegrada «por un gobierno opresor que lo único que busca es la venganza política y que se ensañó con su familia por ayudar al pueblo a levantar la voz y exigir sus derechos».

«No acepto, como esposa, como madre y como mujer estas injusticias, mi vida ha dado un vuelco y ahora no tengo a mis seres queridos: a mis hijos y mi esposo».

Aunque desde 2001 Trinidad se incorporó a la lucha del FPDT, fue hasta 2006 cuando «incursionó» de lleno en el activismo, clamando desde entonces la libertad de su esposo recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma en ese mismo año. Desde entonces no lo ha podido ver, «impedida ante diferentes pretextos de las autoridades».

«Hace ya un año que no lo veo (a Ignacio) cuando voy al penal me dicen que mi credencial de elector no está bien, que no aparezco en la lista y otras cosas».

NOS HAN CRIMINALIZADO

Aunque las esperanzas de que su hijo y su compañero de vida salgan libres no están perdidas, Trinidad no espera ya nada del gobierno de Felipe Calderón ni de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México.

Ahora mantiene su fe en las instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y las Naciones Unidas, a donde acudirán porque «ya han agotado todos los recursos en el país, sin resultado alguno», al contrario, se les ha señalado.

«Han criminalizado a los luchadores sociales, lo único que hacemos es levantar la voz y exigir que respeten nuestros derechos, pero a ellos (al gobierno) no les gusta que hablemos, que nos organicemos, por eso nos reprimen».

ENTRE EL DOLOR Y LA FUERZA

A Trinidad se le quiebra la voz por momentos, en especial cuando recuerda a sus hijos: César está preso en el penal de Santiaguito, América y Ulises tienen una orden de aprehensión y desde hace un año dice no saber nada de ellos.

A América se le acusa, igual que a su padre, de secuestro equiparado y ataque a las vías de comunicación, pero también se le imputan otros cargos en otros años, como 2003, cuando la acusaron de robo calificado durante una de las movilizaciones del FPDT.

«Todo esto me ha causado un profundo dolor como madre y como esposa, pero este dolor lo tengo que convertir en rabia y en fortaleza y el amor tan grande que siento por mis hijos y por mi esposo, es el que me sostiene».

César, el menor, cumplió sus 18 años en prisión: «ayer hablé con él para comunicarle la sentencia que le dieron a su papá, de 67 años de cárcel. Se deprimió mucho, pero le dije que hay que seguir luchando y resistiendo y hay que sobreponerse al dolor».

Pero se da ánimo y dice: «en esto no hay descanso, la lucha es de todos los días, espero no decaer».

Al final de la entrevista, con la esperanza de que este mensaje llegue a su hija América y a Ulises, que tuvieron que irse a lugares distintos tras la persecución que enfrentan, Trinidad lanza una súplica:

«América, Ulises, y a toda mi familia, en donde quiera que estén: Aquí está su madre que los ama con toda su alma y que seguirá luchando con uñas y dientes por su libertad. Resistan, luchen por sus ideales y no decaigan. Los amo».

07/LGL/GG

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