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Responde ministra a compromiso histórico de mujeres en Brasil

Por Fabiola Calvo

El triunfo de Inácio Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores en Brasil representó una esperanza tanto para el movimiento social de ese país con 173 millones de habitantes, como para Latinoamérica y el Caribe, que se mueve entre la miseria del Perú y la crisis política de Venezuela, Ecuador y Bolivia; Mercosur, el aislamiento de Cuba y la violencia por décadas de Colombia.

Brasil -décima potencia económica mundial- se estremece con las cifras que danzan entre la riqueza y la miseria. Aún no se tiene certeza de si Lula y su equipo podrán cumplir su cometido, pero entusiasmo y militancia es lo que se respira en cada uno de sus gabinetes.

Uno de los ministerios creados como especiales por este gobierno, la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, tiene al frente a la médica Nilcea Freire, que a sus 51 años, presenta un curriculum académico y de compromiso con un cambio.

Como muchos de los demócratas de los años 70, la ministra estuvo durante un año exiliada en México debido a su participación en el movimiento estudiantil contra la dictadura militar, fue la primera mujer que asumió la rectoría de la Universidad de Río de Janeiro y fue pionera en la política de cuotas para negros y estudiantes de las escuelas públicas.

Hoy, al frente de uno de los ministerios con mayores desafíos, también preside el Consejo Nacional de la Mujer, al que asistió por primera vez el 17 de febrero y debatió cómodamente con las representantes de diferentes organizaciones sociales, sindicatos, ministerios y otras mujeres que integran el organismo, por su amplia trayectoria y reconocimiento en su campo de acción.

En un intermedio de reuniones y en vísperas de la celebración del Día de la Mujer, la ministra Nilcéa Freire recibió a esta periodista en su despacho, en la explanada de la arquitectónica y bucólica Brasilia.

-Ministra, recién asume usted el cargo, ¿significa un giro con relación a la actividad que desarrolló su antecesora, Emilia Fernández?

NF: No. Hubo un cambio de la gerencia de la Secretaría, no hay ninguna intención de establecer una nueva dirección política, no hay un cambio de gobierno, sí un cambio del gestor de la institución.

-El Consejo General para los Derechos de la Mujer fue creado en 1985. ¿Por qué generó tanta expectativa en el gobierno que preside Luiz Inácio Lula?

NF: Porque el Consejo pasa a ser una instancia de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, gana un grado más de institucionalización, por lo tanto, me parece que gana también en capacidad de intervención.

Se trabaja con una nueva configuración que pone lado a lado la sociedad civil, los movimientos organizados y el gobierno. Se gana en términos de articulación y diálogo, lo que se plantea, lo que se pone en discusión será implementado; puede transformarse en políticas públicas a corto o mediano plazo.

-Las cifras que arrojan las diferentes investigaciones demuestran el grado de exclusión que sufre la mujer en Brasil. En el caso de las mujeres indígenas, ¿cuál es la propuesta que el gobierno tiene para su inclusión?

NF: Nuestro trabajo en la Secretaría tiene la misión de introducir en el ambiente intergubernamental la visión de género. No es una actividad exclusiva de nosotras definir una política para las indígenas, para las campesinas, para las empresarias; para todas las mujeres de Brasil estamos proponiendo que esta instancia las represente en sus intereses, de manera que puedan estar sus cuestiones explicitadas en las políticas generales del gobierno.

-¿Tiene que ver esto con la transversalidad?

La cuestión de género es transversal, pero esto no significa que hacer la transversalidad sea fácil porque ello significa un cambio de actitud frente a la desigualdad de género, como lo es también frente a la desigualdad racial. Entonces, el hecho de que el tema es transversal, no significa que vamos a alcanzar que al final de este gobierno esté absolutamente internalizada. Este es nuestro gran desafío.

-En Brasil, la mujer negra y la trabajadora rural no percibe el mismo salario que los hombres por idéntico trabajo. ¿Qué políticas van a seguir para un cambio?

NF: En Brasil la disparidad salarial y de ocupación entre mujeres y hombres no están enlazadas solamente con las negras o las pobres, esto ocurre en todas las categorías profesionales. Las mujeres con un alto nivel de escolaridad tiene diferentes oportunidades tanto para el trabajo como para su remuneración.

Recién tuvimos un estudio de una maestra de la Universidad Federal Fluminense que trata de esta cuestión. En base a estos estudios, en el gobierno federal, estamos trabajando en las políticas de generación de empleo y renta, y queremos desarrollar estas mismas políticas para las mujeres para asegurar que ellas puedan competir por los puestos en el mercado de trabajo en mejores condiciones que hoy.

Si alcanzamos a construir más equipamientos sociales como guarderías, lavanderías en los barrios populares, servicios de utilización colectiva, estaríamos proporcionando a las mujeres condiciones para llegar al mercado de trabajo.

Hay un conjunto de políticas, de medidas directas e indirectas. Trabajar en el programa de primer empleo, establecer como prioridad que las mujeres se integren en el cooperativismo, el asociacionismo y proporcionar de capacitación e instrumentación. Hay una serie de medidas para poner en marcha este año y el próximo.

-Insisto en la pregunta. Comprendo que la diferencia salarial no se presente sólo con las mujeres de raza negra y las mujeres del campo, pero en estos dos casos está más acentuado…

NF: Sí, esto es verdad, porque se asocian dos tipos de discriminación: por raza y por ser mujeres. Son las más pobres dentro de los más pobres en Brasil. En el caso de las mujeres negras tenemos que trabajar para la disminución de este prejuicio y de las barreras que impactan negativamente en sus condiciones de incorporación al mercado de trabajo.

En el caso de las mujeres del campo tenemos un programa para que las mujeres tengan la titularidad de la tierra, es decir, todo un programa de documentación de estas mujeres porque muchas ni siquiera tienen su propia documentación, por esto, en el programa que es conducido por el ministerio de Desarrollo Agrario estamos trabajando en este sentido.

Con solo mirar para el campo se percibe que muchas mujeres hoy ya son, efectivamente. jefas de la familia y responsables por la producción, pero no tiene la titularidad de la tierra ni condiciones para ejercerla. Esto va a tener consecuencias para el crédito y microcrédito agrícola para mujeres.

-Para ejercer los derechos de ciudadanía toda persona debe poseer un documento. En Brasil, hay millones de mujeres (adultas y niñas) que no tienen el registro civil de nacimiento. ¿Qué hacen para que estas mujeres tengan acceso a los programas del gobierno?

NF: Sí, de eso hablaba. Tenemos en marcha una iniciativa, una acción, asociada a la Secretaría Especial de Derechos Humanos que justamente es para hacer efectivo el registro civil de las mujeres, y también una medida preventiva para que sus niños tengan sus registros y los que nazcan no tengan la misma dificultad de registro que tuvieron ellas. El objetivo es garantizar el acceso a este registro a través de campañas, llevarlo hasta los lugares donde están las mujeres.

Siempre en la ciudad, en un poblado hay un juzgado civil para que se haga el registro y estamos trabajando en colaboración con la Secretaría de Derechos Humanos.

-En 2002, fueron declaradas 53.4 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. Luego se introdujo un factor de corrección de 1.4 por lo que la mortalidad materna pasó a 74.5 por 100 mil nacidos vivos. ¿Qué medidas tiene el gobierno para evitar esta elevada cifra?

NF: El próximo 8 de marzo presentará el presidente Lula, el Pacto Nacional por la Reducción de la Mortalidad materno-infantil, cuya meta es una reducción de 15 por ciento de la mortalidad materna este año. Las cifras en Brasil aunque hayan disminuido a lo largo de los últimos años, son altas comparadas con los patrones internacionales.

Las medidas son amplias porque se trabajó con un concepto amplio en salud integral. O sea, que lo que provoca la mortalidad materna no es solamente las condiciones en las cuales la mujer llega en el momento especifico del parto o del momento inmediatamente posterior al parto, sino por todas las condiciones en que está involucrada toda su vida. ¿Qué condiciones tiene para llegar a la maternidad?

Trabajamos en un conjunto de medidas y acciones dentro del concepto de salud integral, salud reproductiva y atención integral a la mujer.

Entre estas medidas se encuentra la obligación de todos los servicios de salud que hacen el primer atención médica a la mujer embarazada. En caso que no hubiese una plaza para esta mujer, el servicio tiene que conducirla a otro que pueda atenderla y evitar que la embarazada esté peregrinando de un servicio a otro. Es un factor importante, porque muchas veces cuando llega al final de su peregrinación su estado personal está lleno de agravios.

Otra medida, es la posibilidad que el esposo, marido, compañero o acompañante de la embarazada estén con ella, antes, durante el parto y en el posparto. Esto mejora las condiciones en que se desarrolla el parto.

-El aborto es la primera causa de mortalidad materna y sólo se admite en dos supuestos: peligro para la madre y en caso de estupro. ¿Se discutirá alguna ley que legalice el aborto?

NF: En el marco del Pacto Nacional por la Reducción de la Mortalidad Materno-infantil, está puesta la atención de los servicios de salud para las mujeres que practicaron el aborto inseguro. Garantizar este tipo de atención y garantizar la atención para las mujeres que pueden hacer el aborto legal.

-¿Qué medidas se están tomando frente a al violencia contra las mujeres?

NF: Tenemos medidas en tres dimensiones: La primera es la ampliación y mejora de los servicios especializados en la atención a la mujeres víctimas de violencia. Se trata de una ampliación de la capacidad de atención y el número de delegaciones de la policía especiales para la mujer en todo el país.

La segunda dimensión es la formulación de una legislación amplia que pueda reunir las cuestiones referentes a la prevención, al combate en el momento que ocurre y la protección a la mujer víctima de violencia, después que ella la sufre. Este trabajo está planeado para iniciarse en abril durante una comisión interministerial, en la cual participamos nosotras. Colaborará un conjunto de organizaciones no gubernamentales que trabajó un proyecto básico de para esta legislación. Pretendemos tenerlo listo para finales de este año, año de la mujer en Brasil.

La tercera dimensión es la capacitación y el entrenamiento de todos los agentes que trabajan directa e indirectamente con la cuestión de la violencia contra la mujer.

Con la Secretaría Nacional de la Seguridad Pública avanzamos en un plan de capacitación para todo el personal que trabaja y va trabajar en las Delegaciones Especiales para la Mujer y puestos de atención. Se busca que tengan la visión de qué es la violencia contra la mujer, cómo comportarse frente a este hecho o qué hacer ante una situación como ésta.

-Frente a tanto desafío, ¿existe presupuesto y/o ayuda internacional?

NF: Nuestro presupuesto, no es un presupuesto que está adscrito sólo a la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, porque trabajamos en parecería con otros ministerios.

Cuando trabajamos temas de salud trabajamos con el presupuesto del ministerio de Salud, cuando trabajamos sobre la violencia lo hacemos con el presupuesto de la seguridad (Segurança) pública y, por lo tanto, entendemos que a medida que tengamos los buenos propósitos, que sean viables, vamos a tener las condiciones para ejecutarlas.

Pero es importante que se sepa que trabajamos en el marco del gobierno federal y muchas medidas dependen de negociación con las esferas gubernamentales, estaduales y municipales a quienes caben diferentes atribuciones y no sólo al gobierno federal.

-Su ministerio tiene propuesta una conferencia en julio de este año. ¿Qué resultados esperan?

NF: El objetivo de la conferencia es que se puedan formular las directrices básicas para la formulación del Plan Nacional de Políticas para las Mujeres. Para nosotras la conferencia es un punto de llegada y un punto de partida. De llegada porque el cúmulo teórico y de reivindicaciones y planteos que fue hecho por el movimiento feminista y de mujeres a lo largo de muchos años, es la base para nuestra discusión en julio. No estamos inventando la rueda ni planteando nuevos problemas, y sí respondiendo a un compromiso histórico.

Y es un punto de partida porque se plantea que tengamos una política nacional que pase a orientar las actividades, los proyectos e incluso el presupuesto de gobierno, no sólo en el ámbito federal, sino también en las esferas estatuales y municipales.

*Periodista colombiana residente en Madrid, premio 2003 La Mujer en la Unión Europea.

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