Rinde Bienal del Humor homenaje a caricaturista cubana

Hace tiempo ya Miriam Alonso era la decana de las humoristas gráficas de Cuba, pero antes no tenía gracia, pues ella era prácticamente la única mujer caricaturista en este país.
 
Hace 43 años se graduó en la ilustre Academia de Artes Plásticas de San Alejandro, y desde entonces trabaja en quizás la publicación humorística más famosa de Cuba, la revista Palante.
 
Ahora, con 65 años de edad y casi nueve lustros dedicados al arte de hacer reír con sus dibujos, su trayectoria fue homenajeada por colegas de varios países en la Bienal Internacional del Humor.
 
Sus tiras cómicas son como su mirada, apacibles, serenas, sin la estridencia de la carcajada, más bien dirigidas a identificarse con  sentimientos, gentes, situaciones y premiarlas con una sonrisa.
 
Miriam, como firma sus dibujos humorísticos y sus cuadros serios, confía en el talento y pujanza de las caricaturistas del tercer milenio para ser reconocidas como maestras del género.
 
A propósito del homenaje, Prensa Latina conversó con esta artista sobre los desafíos del humorismo gráfico en Cuba y el potencial de las mujeres en este reino largamente dominado por hombres.
 
–Prensa Latina (PL): ¿Cuál es el fuerte de la mujer para el humor?
 
–Miriam Alonso (MA): Las mujeres somos muy observadoras. Una colega de Argentina dice que el humor “es una cosa zafada”, y el hombre suele ser más osado y trasgresor en ciertos temas en que ella tiene una mirada más comedida. Pero la mujer nota ciertos detalles que escapan al hombre, es más sensible a ciertos asuntos y ésa resulta una fortaleza femenina. Quizás por eso han existido más hombres que mujeres dedicados al humor gráfico.
 
–PL: ¿Y qué temas te interesan?
 
–MA: Me gusta el costumbrismo. Hace años tengo un personaje, Talla el Peluso, que surgió de una caricatura hecha a mi padre. Él fue beisbolista y me contaba muchas anécdotas que a veces uso en mis tiras. A veces invento las historias, pero todo muy cotidiano.
 
–PL: ¿Qué ha significado Palante para ti?
 
–MA: Imagínate, salí de San Alejandro en 1969 y casi el mismo día de graduada ya estaba en Palante, entre hombres muy profesionales y famosos, caricaturistas de rango y renombre, que dejaron su impronta en el humorismo cubano. Había muy pocos jóvenes en ese colectivo, pero era la crema y nata de la caricatura cubana. He pasado toda una vida en Palante, ahora soy su subdirectora. Y nos dirige también una mujer (Mercedes Azcano).
 
–PL: ¿Cómo ves el relevo?
 
–MA: En esta Bienal participé en la selección, y vi muchas obras de mujeres humoristas, con gran calidad. No se trata de mujeres que un día publiquen una caricatura, sino que sistemáticamente lo hacen. Además, en el jurado contamos con la mexicana Cintia Bolio, cuyas caricaturas forman parte de una exposición itinerante de 44 mujeres, recién exhibida en China y demuestra que existen las profesionales en este género.
 
–PL: En general… ¿qué necesita el humorismo gráfico cubano?
 
–MA: Espacio para publicar. Eso ha resentido a la caricatura y se ve muy poco el dibujo editorial, pese a su protagonismo en la prensa contemporánea.
 
–PL: ¿El medio digital podría ser una alternativa?
 
–MA: Sin duda. Los humoristas ya estamos listos.
 
*Periodista de la redacción de Cultura de Prensa Latina.
 
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