Mientras Patricia Uribe, directora del Centro Nacional de Atención y Prevención al sida (Censida), alertó sobre algunas tendencias que están provocando el retroceso en las conferencias internacionales en la lucha contra el sida, Patricia Espinosa, del Inmujeres, sostuvo que es un hecho irrefutable la vulnerabilidad de las mujeres ante este padecimiento debido a factores biológicos y culturales.
Durante la mesa redonda El vih/sida y las relaciones de género, que tuvo lugar en el Colegio de México, la titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señaló que de los 36.1 millones de personas que han adquirido el virus, 50.7 por ciento son hombre, 45.4 mujeres y 3.9 por ciento niñas y niños.
De esta forma, explicó, 70 por ciento de los nuevos contagios por vih/sida en todo el mundo se registran en mujeres, según información de ONUSIDA.
La presidenta del Inmujeres indicó que en México seis de cada siete personas afectadas por el virus son hombres, por lo que añadió que la condición de mayor vulnerabilidad de la población femenina radica en el patrón de trasmisión heterosexual del vih/sida; aunado a otros factores como la violencia contra las mujeres que socava aún más su condición ante el virus.
En todo el mundo, entre 27 y 50 por ciento de las mujeres dan cuenta de haber sido atacadas físicamente por alguna de sus parejas, además de la violencia sexual a la que regularmente están expuesta y que representa otro factor de riesgo.
La violencia basada en género, expuso Patricia Espinosa, además de significar un agravio a los derechos fundamentales y a la integridad de las mujeres, las sitúa en riesgo de sufrir lesiones o infecciones de trasmisión sexual; incluyendo la del vih/sida.
Asimismo la titular del Inmujeres llamó a convencer a las instituciones responsables de atender la problemática en los diferentes sectores sociales, proporcionándoles información a las mujeres en beneficio de su salud y su vida sexual, de la relación de pareja y de la comunidad.
Espinosa se pronunció por aplicar la perspectiva de género en los programas de atención, con el fin de identificar los factores sociales que hacen más vulnerables a las mujeres al vih/sida, y usarla como herramienta indispensable en las acciones dirigidas a la prevención y atención de la pandemia.
Por su parte Patricia Uribe hizo énfasis en el problema de la discriminación que sufren las personas que viven con vih/sida, situación que se acentúa debido a factores socieconómicos, de raza, de preferencia sexual y de sexo.
Desde su punto de vista la perspectiva de género puede disminuir las desigualdades y las exclusiones en la atención del vih/sida.
Al reconocer que aunque ha habido avances en el terreno internacional mediante las recomendaciones surgidas en los diferentes foros, en México se advierten retrocesos que debilitan la lucha contra la epidemia en todo el mundo.
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